EL AMOR

abril 19th, 2006

«(…) El juego misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida. Las palabras engañan, puesto que la palabra placer abarca realidades contradictorias, comporta a la vez las nociones de tibieza, dulzura, intimidad de los cuerpos, y las de violencia, agonía, grito. La obsecna frasecita de Posidonio sobre el frote de dos parcelas de carne (…) no define el fenómeno del amor, así como la cuerda rozada por el dedo no explica el milagro infinito de los sonidos. Esa frase no insulta a la voluptuosidad sino a la carne misma, ese instrumento de músculos, sangre y epidermis, esa nube roja cuyo relámpago es el alma.
Reconozco que la razón se confunde frente al prodigio del amor, frente a esa extraña obsesión por la cual la carne que tan poco nos preocupa cuando compone nuestro propio cuerpo, y que sólo nos mueve a lavarla, a alimentarla y, llegado el caso, a evitar que sufra, puede llegar a inspirarnos un deseo tan apasionado de caricias, simplemente porque está animada por una individualidad diferente de la nuestra y porque presenta ciertos lineamientos de belleza sobre los cuales, por lo demás, los mejores jueces no se han puesto de acuerdo. Aquí, la lógica humana, se queda corta (…)»

En «Memorias de Adriano» de Marguerite Yourcenar (Traducción de Julio Cortázar)

EL AGUA

abril 16th, 2006

Gustave Caillebotte
Los jardineros, de Gustave Caillebote

Los aguaceros de abril humedecen la tierra seca de marzo y bañan las venas vegetales con el poder que hace que las flores se abran.

El agua es el lugar original, el lugar del origen de la vida.

El agua es un bien escaso, algunos han comenzado a llamarla “el oro azul” y en futuras décadas, dicen, las guerras se producirán por su posesión.

George Manson
Niñas en un pozo en High Street (detalle), de George Manson

¿Y si en vez de esperar a que eso pase, nos ocupamos de cuidarla y de inventar estrategias, aparatos, lo que sea para hacerla accesible a todos y todas?

Hay culturas que adornan los pozos o los manantiales como una forma de veneración sagrada.

Guardemos gotas de los aguaceros de abril para las estaciones más secas de nuestra vida.

Utagawa Hiroshige
En la provincia de Awa, de Utagawa Hiroshige

ALFONSINA STORNI

abril 13th, 2006

Alfonsina

“A la mujer que piensa se le secan los ovarios. Nace la mujer para producir leche y lágrimas, no ideas; y no para vivir la vida sino para espiarla desde las ventanas a medio cerrar. Mil veces se lo han explicado y Alfonsina Storni nunca lo creyó. Sus versos más difundidos protestan contra el macho enjaulador.
Cuando hace años llegó a Buenos Aires desde provincias , Alfonsina traía unos viejos zapatos de tacones torcidos y en el vientre un hijo sin padre legal. En esta ciudad trabajó en lo que hubiera; y robaba formularios del telégrafo para escribir sus tristezas. Mientras pulía las palabras, verso a verso, noche a noche, cruzaba los dedos y besaba las barajas que anunciaban viajes y herencias y amores.
El tiempo ha pasado, casi un cuarto de siglo; y nada le regaló la suerte. Pero peleando a brazo partido Alfonsina ha sido capaz de abrirse paso en el masculino mundo. Su cara de ratona traviesa nunca falta en las fotos que congregan a los escritores argentinos ilustres.
Este año, en el verano, supo que tenía cáncer. Desde entonces escribe poemas que hablan del abrazo del mar y de la casa que la espera allá en el fondo, en la avenida de las madréporas”

(Eduardo Galeano “1935, Buenos Aires: Alfonsina” en MUJERES)

Alfonsina Storni nacía eL 22 de mayo de 1896 en Sala Caprissca, Cantone Ticino, Suiza. Llegó a la Argentina el 22 de agosto de ese año en compañía de su madre Paulina Martignoni de Storni y sus hermanos mayores María y Romeo, quienes retornaban a la ciudad de San Juan donde los Storni se habían establecido desde 1882.
Escribía poesía “para no morir”, como ella misma decía. Trabajaba de lo que tocara. Y se enfrentó con todos los prejuicios de la época. Estaba en boca de muchos porque era una mujer conocida por lo que escribía en las columnas de algunas publicaciones. Lucha por los derechos civiles de las mujeres y defiende por sobre todas las cosas la dignidad humana.
Alfonsina inaugura un nuevo modelo para las jóvenes que la descubren con sorpresa: es madre soltera, lleva una vida familiar atípica, trabaja como maestra y escritora, gana su propio dinero. Muchas mujeres recitan sus versos y se sienten representadas por ella. No tiene marido que la proteja, no se ha casado ni se casará jamás.
Los intelectuales y artistas de la época recibieron con simpatía la producción literaria de Alfonsina y contribuyeron a su incorporación en alguno de los circuios vanguardistas de la década de 1920. Fue amiga de Leopoldo Lugones y Manuel Ugarte, Horacio Quiroga y José Ingenieros.

La suya fue una crónica de una muerte anunciada. Avisó una y mil veces, desde sus poemas, su deseo de morir. Agobiada por un cáncer y los recientes suicidios de Quiroga y Lugones, Alfonsina decidió seguir la suerte de sus amigos. El 25 de octubre de 1938 se internó en las aguas de las playas de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires.

BERTHE MORISOT

abril 5th, 2006

Retrato de Berthe Morisot

Retrato de Berthe por Edouard Manet
Retrato de Berthe por Edouard Manet

La biografía de Berthe Morisot es especial, pero no por el dramatismo sino por todo lo contrario.
Nació en 1841 en una familia culta y que estimuló y apoyó su pasión por la pintura.
Sus padres le construyen, a ella y a su hermana, un atelier en el jardín de su casa. Berthe tenía talento, apoyo familiar y un profesor de pintura que era muy consciente del mundo misógino que le esperaba fuera del jardín y así se lo hizo notar al padre un día: “Teniendo en cuenta la buena disposición de sus hijas, mis enseñanzas sólo les servirán para hacer bobitos dibujos caseros de poca monta. Tienen que hacerse pintoras. ¿Se da cuenta de lo que eso significa? En los ambientes de la clase superior a la que ustedes pertenecen, eso sería revolucionario, puede decirse que casi catastrófico.”

Viajaron a París, conocieron el Louvre, estudiaron a Corot. Siempre juntas, Edma y Berthe. Hasta que Edma decidió abandonar su arte y casarse (cosa de la que se arrepintió, según le contó a Berthe en sus cartas).
Berthe, en cambio, segura de sí, y siguiendo su deseo, sin crisis, siguió adelante.

La infelicidad del matrimonio de su hermana, hizo que Berthe fuera despacio y con cautela con respecto a los hombres. Hasta que se enamoró de Eugène Manet, hermano del famoso pintor Edouard.

Eugene y su hija - Berthe Morisot
Eugène Manet y su hija retratados por Berthe.

Fue una buena elección, Eugène fue un hombre colaborador con el éxito de su mujer. Tal vez uno de los primeros hombres de los que se sabe que apoyaron a su esposa. Jamás compitió con ella, por el contrario, sin prejuicios la ayudó a desarrollarse en un mundo de hombres.
Con ese contexto, Berthe se muestra, expone sus obras y el grupo impresionista la respeta como a una igual.

Cuadro de Berthe
Un día de verano, por Berthe Morisot

Su técnica, basada en grandes pinceladas aplicadas libremente en todas direcciones, dio a sus obras unas calidades transparentes, iridiscentes, tornasoladas.

Otro cuadro de Berthe

En la obra de Berthe las mujeres, hasta entonces objeto de la pintura masculina, se hace sujeto, cobra presencia. Seguramente jamás fue consciente de esto. Ella, una mujer burguesa, acomodada, a quien no le preocupaban demasiadas cosas, simplemente pintaba de un modo genial.

No promociona especialmente sus pinturas, aunque expone en varios salones impresionistas, en muestras colectivas. Pero es un año después de su muerte que se conoce su obra completa.

Murió el 2 de marzo de 1895, a los 54 años, dejando cerca de setecientas pinturas.

El espejo de vestir - B. Morisot

“El espejo de vestir” es un cuadro emblemático de Berthe Morisot. Una joven, adolescente se mira en el espejo. Hay cientos de cuadros de mujeres mirándose en el espejo, pero desde los ojos de un hombre.
Berthe nos ofrece, casi por primera vez, una mirada femenina.

Finalmente, otro retrato de ella pintado por su cuñado Edouard Manet.

(Fuente: “Mujeres a contracorriente” de Clara Obligado. Ed. Plaza y Janés.)

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