ELOÍSA Y ABELARDO

diciembre 12th, 2005

Estampa de Abelardo y Eloísa

Eloísa y Abelardo son, tal vez lo más célebres amantes de la Edad Media. Su historia se conoce por la correspondencia y el relato de sus infortunios divulgados durante siglos hasta la actualidad.

Es una historia de luchas entre el cuerpo y el alma, entre las pasiones terrenales y las espirituales. Carne y espíritu en combate.

Abelardo, un joven apuesto e inteligente, dedicado a la filosofía llega a París y conquista rápidamente una brillante reputación. Un éxito que generó dos sentimientos: envidia de los demás y su propio orgullo.
La lujuria será, además, lo que precipitará su caída.
Eloísa, una joven famosa por su belleza y su refinada cultura fue un imán para Abelardo, quien no quería cualquier mujer para saciar sus apetitos y Eloísa era perfecta y superaba a todas la demás.
Se hizo presentar a la joven de 17 años a través del tío de ella, Fulberto, quien era además su tutor. Logró canjear alquiler de una habitación por clases a su sobrina.
Y allí viviendo bajo el mismo techo y pasando largas horas juntos, comienza la pasión y la tragedia.
Fulberto le había pedido que sea estricto con ella y que si era necesario le pegara… así que para completar el engaño, ella cada tanto gritaba para contento de su tío que creía que la estaba castigando…

El acercamiento al amor, provocó, según cuenta el mismo Abelardo, el alejamiento de la filosofía. Comienzan a correr los rumores y Fulberto no puede dar crédito a lo que se comenta y a haber sido engañando bajo su propio techo…. hasta que finalmente los sorprende y los obliga a separarse.
Al poco tiempo, Eloísa le escribe a Abelardo con la noticia de que estaba embarazada, Abelardo decide raptarla y huyen a París donde nacerá Astrolabio.
Para compensar la vergüenza de Fulberto, Abelardo decide casarse con Eloísa sin consultarle. Ella solo aceptará por amor, no por convicción. Ella estaba abiertamente en contra del matrimonio, porque lo consideraba signo de posesión y no de amor, de interés y no de entrega. Pero acepta, por amor a Abelardo. Se casan secretamente en París, y en seguida vuelven a separarse para ya no volverse a ver.
Eloísa es enviada y recluída en la abadía de Argentuil, donde poco después tomará los hábitos. Fulberto pensaba que todo esto era una trampa de Abelardo para sacarse de encima a Eloísa y compra los servicios de un sujeto y manda a castrar a Abelardo mientras éste duerme.

De ahí en más se suceden miles de cartas. Toman los hábitos en el mismo momento, Eloísa otra vez contra sus propias convicciones y sólo por amor. Abelardo se convierte en el filósofo de Dios.

A esto se suceden cartas en las que Abelardo sólo habla del amor a Dios y ella le pide palabras de amor y consuelo, temiendo ser olvidada por el amor de su vida. Ella no logra olvidarlo, y como una enamorada de cualquier tiempo, rememora las escenas compartidas. Pero no consigue que Abelardo le hable como un amante sino sólo como un maestro que quiere consolarla.
Afortunadamente, la última carta conocida de Abelardo a Eloísa, termina con una oración compuesta para ella, su lenguaje abandona la abstracción y, por primera vez después de muchos años, se vuelve íntimo y cálido. Seguramente ella se debe haber sentido regocijada ante cada uno de esos recuerdos que los ligaban nuevamente y que sólo ellos dos conocían. Evidentemente, el recuerdo de la pasión había conseguido romper la solidez doctrinal de su amado Abelardo.

Finalmente, descansan juntos en un cementerio de París…

Sepulcro de Abelardo y Eloísa en París

93 Responses to “ELOÍSA Y ABELARDO”

  1. pedrajas digital

    ¿Has escuchado el último single de Sabina (Pájaros de Portugal) habla sobre la historia de amor de dos personajes (Abelardo y Eloisa), Joaquín dice que está basado en una historia real… ¿coincidencia? o quizás haya buscado a proposito estos pseudónimos… de cualquier modo me ha resultado curioso.
    Buen BLOG!

  2. gloria

    Gracias, pedrajas!! Supongo que los nombres de esos protagonistas son un guiño a quienes conocemos la vieja historia, pero tengo entendido que la canción está inspirada en una historia real que sucedió hace unos años en Portugal.

  3. luxa

    Hola Gloria: No sabía lo del cementerio, me alegra: si bien no creo que allí estén ellos, al menos se los puede recordar -por fin y sin obstáculos- juntos.

  4. gloria

    Luxa, qué se yo.. quién sabe qué o quienes están ahí, pero por lo menos el imaginario nos sirve.. un beso

  5. Silvina

    Fascinante historia de amor… en estos tiempos no hubiera ocurrido (Abelardo se hubiera casado con otra..jeje)

  6. Gloria

    Jajajaja!

  7. alejandro y eloisa

    buenisima la historia nos encanto…pero seria mejor si en vez de Abelardo se llamara Alejandro jaja asi seria nuestra historia jajaja

  8. Joaquin Sabina

    Hdp…que les quede claro que en ningun momento me inspire en esa historia, ya les dije que me inspire en una historia real que le sucedio a un conocido amigo de Portugal…q en PAZ descanse AMEN…

  9. ELOISA LEVIN

    RE GUENISIMA

  10. rass

    la historia es fabulosa, saber q puede ixistir un amor como el de ellos es saber q se puede vivir todabia para ver en ti ese mismo amor… un amor q no morira ….espero otras personas puedan leer esta pagina y saber q ixiste el verdadero amorrrrrrrrr un amor q te lleva aveces hacer locuras esas locuras de amor qno se olvidannnnnn bye cuidensee su amiga peruana….. te amo angelll

  11. Gloria

    bueno, rass, qué entusiasmo de amor!!!!! Ojalá te dure!!!!

  12. eva

    Hola a todos/as
    Mi pasión por Joaquín Sabina me ha traído hasta aquí, deseaba conocer la historia de Abelardo y Eloísa. Aparecen esos dos nombres en ¨Pájaros de Portugal¨ (como muy bien dice alguien por aquí) pero la canción nunca fue escrita en honor a estos dos amantes llamados Abelardo y Eloísa. Joaquín Sabina escribió hace algunos años la canción, después de leer en los periódicos la fuga de dos adolescentes que por conocer el mar llegaron hasta Portugal, ellos eran de Tarragona ( Cataluña ) y acabaron detenidos puesto que eran menores. La primera pregunta de los periodistas al hallarlos en tierras Portuguesas fue: ¿ que os ha parecido el mar ? a lo que respondieron: era más bonito por la tele. Sabina tomó esta historia para escribir ¨Pájaros de Portugal¨ , decidiendo cambiar los nombres de estos dos chiquillos por los de Abelardo y Eloísa, deleitándonos una vez más con toda su cultura, y a mi personalmente llevándome a conocer esta bella historia de amor entre Abelardo y Eloísa que desconocía.
    Saludos.

  13. Gloria

    Saludos, eva!

  14. Cristian Da Rocha

    Ey! comencé mi búsqueda por Abelardo y Eloísa y terminé embobado con Luis Pescetti…ya le robé muchos cosas, claro que con su nombre debajo, no soy tan impune, je. Gracias Cristian de Córdoba

  15. Gloria

    De nada, Cristian. Luis es genial y estate atento porque actúa en Córdoba de tanto en tanto. Mirá en la agenda de su blog. Ah, igual, podés volver por acá cuando quieras, eh!!! 😉

  16. sirena

    hola que lindo no?

  17. Gloria

    sí, sirena, muy lindo….
    🙂

  18. Eloisa

    yo soy portuguesa por iso pido desculpa por los errores…kiero solament dizer que es una historia muy interessante e agradecir-te por la haveres puesto aqui, me hay sido muy util tu site…los agradecimientos de una Eloisa

  19. Gloria

    de nada, eloísa, es un placer para mí ser útil y que disfruten revolviendo mis cajones. (Por los errores no te preocupes… 😉

  20. Mahi

    Uyyyyyy yo todavio suspiro y lagrimeo a mares al ver la película de la historia de amor…..
    la han visto?? no se si estará subtitulada…pero en ingles es: STEALING HEAVEN
    ojala la vean y se inpiren con ese amor inmenso que va mnás alla….

  21. lolita

    Me parece que es una historia muy triste que nos pone a reflexionar sobre todo lo q uno hace por esa persona q ama. Yo tambien tengo un «Abelardo» aL CUAL QUIERO MUCHO

  22. Gloria

    Un beso, lolita!

  23. hector

    yo quisiera leer las cartas de abelardo pero no las encuentro

  24. hector

    alguien podria pasarmelas me interesan muchisimo

  25. Gloria

    Héctor, sé que han sido publicadas, pero no tengo ninguna referencia para pasarte. ¿Intentaste en bibliotecas?
    Un abrazo

  26. naiara

    muy buena historia, me llevo a lrla por la cancion d joaquin sabina «pajaros de portugal» en donde los protagonistas se llaman ABELARDO Y ELOISA-

  27. Gloria

    Sí, naiara, se ve que mucha gente llegó aquí por el mismo camino que vos. Bien por Sabina, por su bella canción y además por hacer entrar la curiosidad y que la gente sepa quienes fueron estas personas. Bienvenida por aquí!

  28. Quetzalcóatl Leija Herrera

    Aquí les pongo PAJAROS DE PORTUGAL, de Sabina.
    No conocían el mar
    y se les antojó más triste
    que en la tele, pájaros de Portugal
    sin dirección ni alpiste
    ni papeles.

    Él le dijo vámonos,
    dónde le respondió
    llorando ella,

    lejos del altar mayor,
    en el velero pobretón
    de una botella.

    Despójate del añil
    redil del alma de nardo
    con camisa.

    Devuélveme el mes de abril,
    se llamaban Abelardo y Eloisa,
    arcángeles bastardos de la prisa.

    Alumbraron el amanecer muertos de frío,
    se arroparon con la sensatez del desvarío
    tuyo y mío de vuelta al hogar,
    qué vacío deja la ansiedad.
    Qué vergüenza tendrán sus papás.

    Sin alas para volar,
    prófugos del instituto,
    y de la cama, pájaros de Portugal,
    apenas dos minutos
    mala fama.

    Luego la guardia civil
    les decomisó el sudor
    y la sonrisa, las postales de Estoril
    sin posada, sin escudos
    y sin visa.

    Se llamaban Abelardo y Eloisa.

    Bucearon contra el Everest
    y se ahogaron,
    nadie les enseño a merecer
    el amparo de la virgen de la soledad,
    qué pequeña es la luz de los faros.

    Bucearon contra el Everest
    y se ahogaron,
    nadie les enseño a merecer
    el amparo de la virgen de la soledad,
    qué pequeña es la luz de los faros
    de quien sueña con la libertad.

    Música: Antonio Gª de Diego, Pancho Varona
    Letra: Joaquín Sabina

  29. Quetzalcóatl Leija Herrera

    La historia de Abelardo y Eloisa es una de las historias de amor más conmovedoras de la historia, y sin duda la más trágica de la Edad Media. Lo más sorprendente es la perseverancia de Eloisa, dado que Abelardo pretende terminar en definitiva con esa relación (a pesar de que es eminentemente epistolar sin haberse vuelto a ver jamás y que se prolongó durante más de 20 años) a fin de lograr la salvación del alma de Eloisa y la suya propia. También me llama mucho la atención de que al momento del romance, en el cual es concebido Astrolabio (su hijo), ella solo contaba con 16 ó 17 años de edad y él entre 36 y 39. Eso en la actualidad creo que es pederastia, o en el menor de los casos, estupro, y finalmente es uno de los romances más conocidos, inmortales y ejemplares de la historia. Hasta la fecha sus restos mortales descansan juntos, según la tradición que perdura en el cementerio Pere Lechaise. Por cierto, sí existe una película sobre ellos.

  30. Gloria

    Gracias Quetzalcóatl por tu aporte y tu comentario.
    Un abrazo

  31. Mafer

    ESTA HISTORIA super buena
    que perseverancia por dios es hermosa…y el amor lo mejor
    super bueno esto por cierto..
    pikos..

  32. Gloria

    Sí, mafer, es una historia potente!

  33. Aura

    Por azar del destino caí acá…
    Me gusta mucho ésta historia, si querés, la película se llama ‘Stealing heaven’, robando el cielo la traducción, es una magnifica obra de arte!!!

  34. Gloria

    Uy, gracias Aura por el dato… intentaré encontrarla.
    Bienvenida a mis cajones!!

  35. liliana

    Deben leer las cartas de Abelardo y se darán cuenta de que, tristemente, el único amor que merecía la inmortalidad era el de Eloísa…El no la olvida pero se arrepiente de manera amarga de lo que llamó un arrebato de lujuria.

  36. Gloria

    ay, liliana.. hombres hombres… Gracias por el comentario!

  37. Bernardo

    Mi AngElito eres tú. Pequeña, enamorada y yo viejo y lejano. Tus cartas y mi silencio. Separados, lo único que nos une es nuestro amor infinito. Ahora comprendo un poco mejor nuestra historia.

  38. Gloria

    Bernardo, gracias por la cita de una de las cartas!

  39. Bernardo

    La verdad es que no he logrado encontrar las cartas aún. Esto me pone en una situación más etraña todavía; si he citado alguna de las cartas es coincidencia o bien mi Eloisa y yo cargamos con la misma triste y dulce maldición.

  40. Gloria

    Lo siento, Bernardo, interpreté que era eso lo que escribiste, no que estabas contando tu historia personal…

  41. Carmen

    Esta historia de amor de la edad media, aún en nuestros tiempos existe y creo que me considero una Eloisa por su amor y entrega, asi como yo lo haré por Roberto mi eterno amor.
    Gracias por indicar lo del cementerio seguro lo ire a visitar algún día.

  42. lenah

    Me gusto mucho y me conmovió.
    Saludos.

  43. Eloisa

    A pesar de tener noticia de la historia de amor entre Abelardo y Eloisa, no tenía ni idea de que fuera una historia tan trágica. No sólo cargo con su nombre, también con su misma desesperación por seguir enamorada de alguien que renunció a luchar por nuestra historia hace mucho tiempo y que sigo recordando todos y cada uno de los días de mi vida.

  44. Gloria

    Saludos, lenah!
    Eloisa, siempre se pueden romper las cargas… tal vez ese hombre no valga la pena. Suerte.

  45. sheila

    Que historia mas bonita… la verdad que tengo que agradecerle a mi profesor mayo el haberla descubierto, jeje, que mañana tengo el examen… a ver si me pregunta por ella… y a ver si apruebo…

  46. Gloria

    habrás aprobado, sheila? Y bien por ese profe que cuenta estas cosas a sus alumn@s!!!

  47. Renée (méxico)

    Qué historia más bonita y qué gusto, al haber escrito en el buscador «Abelardo y Eloisa», encontrarme con este cajón maravilloso.
    Un beso para ustedes y un recuerdo para mi Abelardo, aunque ya no esté conmigo… que un día, también me llevó a conocer el mar 🙂

  48. ELOISA

    ELOISA DBERIA SIGNIFICAR DESESPERADA POR AMAR..ESTOY EN LO MISMO,LUCHO POR MI AMOR CONTRA TODOS LOS QUE ESTAN EN CONTRA,HASTA CONTRA EL MISMO.NO PODRIA VIVIR SIN EL,,,JUNTOS HASTA EL FINAL IVAN.

  49. Julia

    El titulo de la pelicula Eternal Sunshine of the spotless mind viene de este poema:

    Eloisa to Abelard (de Alexander Pope)

    In these deep solitudes and awful cells,
    Where heav’nly-pensive contemplation dwells,
    And ever-musing melancholy reigns;
    What means this tumult in a vestal’s veins?
    Why rove my thoughts beyond this last retreat?
    Why feels my heart its long-forgotten heat?
    Yet, yet I love! — From Abelard it came,
    And Eloisa yet must kiss the name.

    Dear fatal name! rest ever unreveal’d,
    Nor pass these lips in holy silence seal’d.
    Hide it, my heart, within that close disguise,
    Where mix’d with God’s, his lov’d idea lies:
    O write it not, my hand — the name appears
    Already written — wash it out, my tears!
    In vain lost Eloisa weeps and prays,
    Her heart still dictates, and her hand obeys.

    Relentless walls! whose darksome round contains
    Repentant sighs, and voluntary pains:
    Ye rugged rocks! which holy knees have worn;
    Ye grots and caverns shagg’d with horrid thorn!
    Shrines! where their vigils pale-ey’d virgins keep,
    And pitying saints, whose statues learn to weep!
    Though cold like you, unmov’d, and silent grown,
    I have not yet forgot myself to stone.
    All is not Heav’n’s while Abelard has part,
    Still rebel nature holds out half my heart;
    Nor pray’rs nor fasts its stubborn pulse restrain,
    Nor tears, for ages, taught to flow in vain.

    Soon as thy letters trembling I unclose,
    That well-known name awakens all my woes.
    Oh name for ever sad! for ever dear!
    Still breath’d in sighs, still usher’d with a tear.
    I tremble too, where’er my own I find,
    Some dire misfortune follows close behind.
    Line after line my gushing eyes o’erflow,
    Led through a sad variety of woe:
    Now warm in love, now with’ring in thy bloom,
    Lost in a convent’s solitary gloom!
    There stern religion quench’d th’ unwilling flame,
    There died the best of passions, love and fame.

    Yet write, oh write me all, that I may join
    Griefs to thy griefs, and echo sighs to thine.
    Nor foes nor fortune take this pow’r away;
    And is my Abelard less kind than they?
    Tears still are mine, and those I need not spare,
    Love but demands what else were shed in pray’r;
    No happier task these faded eyes pursue;
    To read and weep is all they now can do.

    Then share thy pain, allow that sad relief;
    Ah, more than share it! give me all thy grief.
    Heav’n first taught letters for some wretch’s aid,
    Some banish’d lover, or some captive maid;
    They live, they speak, they breathe what love inspires,
    Warm from the soul, and faithful to its fires,
    The virgin’s wish without her fears impart,
    Excuse the blush, and pour out all the heart,
    Speed the soft intercourse from soul to soul,
    And waft a sigh from Indus to the Pole.

    Thou know’st how guiltless first I met thy flame,
    When Love approach’d me under Friendship’s name;
    My fancy form’d thee of angelic kind,
    Some emanation of th’ all-beauteous Mind.
    Those smiling eyes, attemp’ring ev’ry day,
    Shone sweetly lambent with celestial day.
    Guiltless I gaz’d; heav’n listen’d while you sung;
    And truths divine came mended from that tongue.
    From lips like those what precept fail’d to move?
    Too soon they taught me ‘twas no sin to love.
    Back through the paths of pleasing sense I ran,
    Nor wish’d an Angel whom I lov’d a Man.
    Dim and remote the joys of saints I see;
    Nor envy them, that heav’n I lose for thee.

    How oft, when press’d to marriage, have I said,
    Curse on all laws but those which love has made!
    Love, free as air, at sight of human ties,
    Spreads his light wings, and in a moment flies,
    Let wealth, let honour, wait the wedded dame,
    August her deed, and sacred be her fame;
    Before true passion all those views remove,
    Fame, wealth, and honour! what are you to Love?
    The jealous God, when we profane his fires,
    Those restless passions in revenge inspires;
    And bids them make mistaken mortals groan,
    Who seek in love for aught but love alone.
    Should at my feet the world’s great master fall,
    Himself, his throne, his world, I’d scorn ‘em all:
    Not Caesar’s empress would I deign to prove;
    No, make me mistress to the man I love;
    If there be yet another name more free,
    More fond than mistress, make me that to thee!
    Oh happy state! when souls each other draw,
    When love is liberty, and nature, law:
    All then is full, possessing, and possess’d,
    No craving void left aching in the breast:
    Ev’n thought meets thought, ere from the lips it part,
    And each warm wish springs mutual from the heart.
    This sure is bliss (if bliss on earth there be)
    And once the lot of Abelard and me.

    Alas, how chang’d! what sudden horrors rise!
    A naked lover bound and bleeding lies!
    Where, where was Eloise? her voice, her hand,
    Her poniard, had oppos’d the dire command.
    Barbarian, stay! that bloody stroke restrain;
    The crime was common, common be the pain.
    I can no more; by shame, by rage suppress’d,
    Let tears, and burning blushes speak the rest.

    Canst thou forget that sad, that solemn day,
    When victims at yon altar’s foot we lay?
    Canst thou forget what tears that moment fell,
    When, warm in youth, I bade the world farewell?
    As with cold lips I kiss’d the sacred veil,
    The shrines all trembl’d, and the lamps grew pale:
    Heav’n scarce believ’d the conquest it survey’d,
    And saints with wonder heard the vows I made.
    Yet then, to those dread altars as I drew,
    Not on the Cross my eyes were fix’d, but you:
    Not grace, or zeal, love only was my call,
    And if I lose thy love, I lose my all.
    Come! with thy looks, thy words, relieve my woe;
    Those still at least are left thee to bestow.
    Still on that breast enamour’d let me lie,
    Still drink delicious poison from thy eye,
    Pant on thy lip, and to thy heart be press’d;
    Give all thou canst — and let me dream the rest.
    Ah no! instruct me other joys to prize,
    With other beauties charm my partial eyes,
    Full in my view set all the bright abode,
    And make my soul quit Abelard for God.

    Ah, think at least thy flock deserves thy care,
    Plants of thy hand, and children of thy pray’r.
    From the false world in early youth they fled,
    By thee to mountains, wilds, and deserts led.
    You rais’d these hallow’d walls; the desert smil’d,
    And Paradise was open’d in the wild.
    No weeping orphan saw his father’s stores
    Our shrines irradiate, or emblaze the floors;
    No silver saints, by dying misers giv’n,
    Here brib’d the rage of ill-requited heav’n:
    But such plain roofs as piety could raise,
    And only vocal with the Maker’s praise.
    In these lone walls (their days eternal bound)
    These moss-grown domes with spiry turrets crown’d,
    Where awful arches make a noonday night,
    And the dim windows shed a solemn light;
    Thy eyes diffus’d a reconciling ray,
    And gleams of glory brighten’d all the day.
    But now no face divine contentment wears,
    ‘Tis all blank sadness, or continual tears.
    See how the force of others’ pray’rs I try,
    (O pious fraud of am’rous charity!)
    But why should I on others’ pray’rs depend?
    Come thou, my father, brother, husband, friend!
    Ah let thy handmaid, sister, daughter move,
    And all those tender names in one, thy love!
    The darksome pines that o’er yon rocks reclin’d
    Wave high, and murmur to the hollow wind,
    The wand’ring streams that shine between the hills,
    The grots that echo to the tinkling rills,
    The dying gales that pant upon the trees,
    The lakes that quiver to the curling breeze;
    No more these scenes my meditation aid,
    Or lull to rest the visionary maid.
    But o’er the twilight groves and dusky caves,
    Long-sounding aisles, and intermingled graves,
    Black Melancholy sits, and round her throws
    A death-like silence, and a dread repose:
    Her gloomy presence saddens all the scene,
    Shades ev’ry flow’r, and darkens ev’ry green,
    Deepens the murmur of the falling floods,
    And breathes a browner horror on the woods.

    Yet here for ever, ever must I stay;
    Sad proof how well a lover can obey!
    Death, only death, can break the lasting chain;
    And here, ev’n then, shall my cold dust remain,
    Here all its frailties, all its flames resign,
    And wait till ‘tis no sin to mix with thine.

    Ah wretch! believ’d the spouse of God in vain,
    Confess’d within the slave of love and man.
    Assist me, Heav’n! but whence arose that pray’r?
    Sprung it from piety, or from despair?
    Ev’n here, where frozen chastity retires,
    Love finds an altar for forbidden fires.
    I ought to grieve, but cannot what I ought;
    I mourn the lover, not lament the fault;
    I view my crime, but kindle at the view,
    Repent old pleasures, and solicit new;
    Now turn’d to Heav’n, I weep my past offence,
    Now think of thee, and curse my innocence.
    Of all affliction taught a lover yet,
    ‘Tis sure the hardest science to forget!
    How shall I lose the sin, yet keep the sense,
    And love th’ offender, yet detest th’ offence?
    How the dear object from the crime remove,
    Or how distinguish penitence from love?
    Unequal task! a passion to resign,
    For hearts so touch’d, so pierc’d, so lost as mine.
    Ere such a soul regains its peaceful state,
    How often must it love, how often hate!
    How often hope, despair, resent, regret,
    Conceal, disdain — do all things but forget.
    But let Heav’n seize it, all at once ‘tis fir’d;
    Not touch’d, but rapt; not waken’d, but inspir’d!
    Oh come! oh teach me nature to subdue,
    Renounce my love, my life, myself — and you.
    Fill my fond heart with God alone, for he
    Alone can rival, can succeed to thee.

    How happy is the blameless vestal’s lot!
    The world forgetting, by the world forgot.
    Eternal sunshine of the spotless mind!
    Each pray’r accepted, and each wish resign’d;
    Labour and rest, that equal periods keep;
    «Obedient slumbers that can wake and weep;»
    Desires compos’d, affections ever ev’n,
    Tears that delight, and sighs that waft to Heav’n.
    Grace shines around her with serenest beams,
    And whisp’ring angels prompt her golden dreams.
    For her th’ unfading rose of Eden blooms,
    And wings of seraphs shed divine perfumes,
    For her the Spouse prepares the bridal ring,
    For her white virgins hymeneals sing,
    To sounds of heav’nly harps she dies away,
    And melts in visions of eternal day.

    Far other dreams my erring soul employ,
    Far other raptures, of unholy joy:
    When at the close of each sad, sorrowing day,
    Fancy restores what vengeance snatch’d away,
    Then conscience sleeps, and leaving nature free,
    All my loose soul unbounded springs to thee.
    Oh curs’d, dear horrors of all-conscious night!
    How glowing guilt exalts the keen delight!
    Provoking Daemons all restraint remove,
    And stir within me every source of love.
    I hear thee, view thee, gaze o’er all thy charms,
    And round thy phantom glue my clasping arms.
    I wake — no more I hear, no more I view,
    The phantom flies me, as unkind as you.
    I call aloud; it hears not what I say;
    I stretch my empty arms; it glides away.
    To dream once more I close my willing eyes;
    Ye soft illusions, dear deceits, arise!
    Alas, no more — methinks we wand’ring go
    Through dreary wastes, and weep each other’s woe,
    Where round some mould’ring tower pale ivy creeps,
    And low-brow’d rocks hang nodding o’er the deeps.
    Sudden you mount, you beckon from the skies;
    Clouds interpose, waves roar, and winds arise.
    I shriek, start up, the same sad prospect find,
    And wake to all the griefs I left behind.

    For thee the fates, severely kind, ordain
    A cool suspense from pleasure and from pain;
    Thy life a long, dead calm of fix’d repose;
    No pulse that riots, and no blood that glows.
    Still as the sea, ere winds were taught to blow,
    Or moving spirit bade the waters flow;
    Soft as the slumbers of a saint forgiv’n,
    And mild as opening gleams of promis’d heav’n.

    Come, Abelard! for what hast thou to dread?
    The torch of Venus burns not for the dead.
    Nature stands check’d; Religion disapproves;
    Ev’n thou art cold — yet Eloisa loves.
    Ah hopeless, lasting flames! like those that burn
    To light the dead, and warm th’ unfruitful urn.

    What scenes appear where’er I turn my view?
    The dear ideas, where I fly, pursue,
    Rise in the grove, before the altar rise,
    Stain all my soul, and wanton in my eyes.
    I waste the matin lamp in sighs for thee,
    Thy image steals between my God and me,
    Thy voice I seem in ev’ry hymn to hear,
    With ev’ry bead I drop too soft a tear.
    When from the censer clouds of fragrance roll,
    And swelling organs lift the rising soul,
    One thought of thee puts all the pomp to flight,
    Priests, tapers, temples, swim before my sight:
    In seas of flame my plunging soul is drown’d,
    While altars blaze, and angels tremble round.

    While prostrate here in humble grief I lie,
    Kind, virtuous drops just gath’ring in my eye,
    While praying, trembling, in the dust I roll,
    And dawning grace is op’ning on my soul:
    Come, if thou dar’st, all charming as thou art!
    Oppose thyself to Heav’n; dispute my heart;
    Come, with one glance of those deluding eyes
    Blot out each bright idea of the skies;
    Take back that grace, those sorrows, and those tears;
    Take back my fruitless penitence and pray’rs;
    Snatch me, just mounting, from the blest abode;
    Assist the fiends, and tear me from my God!

    No, fly me, fly me, far as pole from pole;
    Rise Alps between us! and whole oceans roll!
    Ah, come not, write not, think not once of me,
    Nor share one pang of all I felt for thee.
    Thy oaths I quit, thy memory resign;
    Forget, renounce me, hate whate’er was mine.
    Fair eyes, and tempting looks (which yet I view!)
    Long lov’d, ador’d ideas, all adieu!
    Oh Grace serene! oh virtue heav’nly fair!
    Divine oblivion of low-thoughted care!
    Fresh blooming hope, gay daughter of the sky!
    And faith, our early immortality!
    Enter, each mild, each amicable guest;
    Receive, and wrap me in eternal rest!

    See in her cell sad Eloisa spread,
    Propp’d on some tomb, a neighbour of the dead.
    In each low wind methinks a spirit calls,
    And more than echoes talk along the walls.
    Here, as I watch’d the dying lamps around,
    From yonder shrine I heard a hollow sound.
    «Come, sister, come!» (it said, or seem’d to say)
    «Thy place is here, sad sister, come away!
    Once like thyself, I trembled, wept, and pray’d,
    Love’s victim then, though now a sainted maid:
    But all is calm in this eternal sleep;
    Here grief forgets to groan, and love to weep,
    Ev’n superstition loses ev’ry fear:
    For God, not man, absolves our frailties here.»

    I come, I come! prepare your roseate bow’rs,
    Celestial palms, and ever-blooming flow’rs.
    Thither, where sinners may have rest, I go,
    Where flames refin’d in breasts seraphic glow:
    Thou, Abelard! the last sad office pay,
    And smooth my passage to the realms of day;
    See my lips tremble, and my eye-balls roll,
    Suck my last breath, and catch my flying soul!
    Ah no — in sacred vestments may’st thou stand,
    The hallow’d taper trembling in thy hand,
    Present the cross before my lifted eye,
    Teach me at once, and learn of me to die.
    Ah then, thy once-lov’d Eloisa see!
    It will be then no crime to gaze on me.
    See from my cheek the transient roses fly!
    See the last sparkle languish in my eye!
    Till ev’ry motion, pulse, and breath be o’er;
    And ev’n my Abelard be lov’d no more.
    O Death all-eloquent! you only prove
    What dust we dote on, when ‘tis man we love.

    Then too, when fate shall thy fair frame destroy,
    (That cause of all my guilt, and all my joy)
    In trance ecstatic may thy pangs be drown’d,
    Bright clouds descend, and angels watch thee round,
    From op’ning skies may streaming glories shine,
    And saints embrace thee with a love like mine.

    May one kind grave unite each hapless name,
    And graft my love immortal on thy fame!
    Then, ages hence, when all my woes are o’er,
    When this rebellious heart shall beat no more;
    If ever chance two wand’ring lovers brings
    To Paraclete’s white walls and silver springs,
    O’er the pale marble shall they join their heads,
    And drink the falling tears each other sheds;
    Then sadly say, with mutual pity mov’d,
    «Oh may we never love as these have lov’d!»

    From the full choir when loud Hosannas rise,
    And swell the pomp of dreadful sacrifice,
    Amid that scene if some relenting eye
    Glance on the stone where our cold relics lie,
    Devotion’s self shall steal a thought from Heav’n,
    One human tear shall drop and be forgiv’n.
    And sure, if fate some future bard shall join
    In sad similitude of griefs to mine,
    Condemn’d whole years in absence to deplore,
    And image charms he must behold no more;
    Such if there be, who loves so long, so well;
    Let him our sad, our tender story tell;
    The well-sung woes will soothe my pensive ghost;
    He best can paint ‘em, who shall feel ‘em most.

  50. Gloria

    Juli,a gracias por el dato. Esa peli me encantò!!! No sabía para nada que había alguna relación con esta historia.

  51. Celes

    Que raro… esta historia me trae una especie de melancolia dulce, me siento sumergir en lágrimas… hacía rato que no me sentía así… ojalá no me ahogue… abrazos a los que se sintieron así, al menos un ratito, al menos una vez…

  52. Gloria

    Un abrazo fuerte, Celes!

  53. Moris

    alguien tiene ese poema traducido al español??
    yo vine a dar a esta pagina buscando la traduccion de ese poema pero no sabia ke me iba a encontrar con una historia tan interesante, por cierto creo ke de historias interesantes todos tenemos una para contar, es la manera de seducir a kienes la escuchan la ke hace ke la historia sea maravillosa

  54. Gloria

    Espero que tengas suerte en tu búsqueda del poema en español. Y gracias por el comentario!!

  55. Katha

    linda historia q compartiste con nosotros Gloria, mil gracias

  56. Laura Rocío

    hola, por cosas de la vida terminé en esta página. Desde hace muchos años me interesé por Abelardo y Eloísa; revolver aquí me ha llenado el alma, encontrar un poema como el que nos compartió Julia me conmovió hasta las lágrimas. Gracias por publicar cosas como estas, realmente les encuentro mucho valor cultural y espiritual, puesto que Abelardo no fue conocido solamente por este amor prohibido sino también por su estilo de enseñanza y sus escritos de filosofía, en su época fue cuestionado pero lo más importante es que fue un revolucionario con sus métodos y su pensamiento progresista !
    Gracias (desde Colombia)

  57. Yacki

    Abelardo y Eloísa… es una fabulosa historia, me sucedió algo parecido… me consuela saber q no soy la única q ha amado con intensidad

  58. lennis

    por qué este tipo no siguió adelante con Eloísa y se refujió en un convento???

  59. keysi

    excelente

  60. Gloria

    Un abrazo a tod@s l@s que dejaron mensaje y siguen encontrando aquí un espacio para decir lo que quieran.

  61. ANNY

    Que bonita historia la de Abelardo y Eloisa!!!!!! GRACIAS POR ESTE SITIO solo hasta ahora supe que abelardo fue alguien mas en la historia que un amante cobarde!!!!

  62. Gloria

    Qué bueno que te haya gustado, Anny!!! 🙂

  63. JOSE LUIS

    HOLA A TODOS

    PASION BAJO EL CIELO
    LA VI HACE ALGUN TIEMPO, PERO ME GUSTARIA VOLVER A VERLA. PERO NO LA TENGO SI ALGUIEN ME LA PUEDE FACILITAR. LE AGRADECERIA

  64. lenny y camilo

    es fantastica,,,,,,,,,
    yo todavia creo que existe ese amor eterno, sin embargo lo importante es donde buscarlo………

    gracias

  65. Valéria

    Olá. Sou do Brasil e gostaria de dizer que essa é a história de amor mais linda que já ví.Gostaria de ler o livro, mas não sei se existe um traduzido no Brasil. Já procurei, mas não achei.

  66. Camilo

    bueno pues, por si no han encontrado las cartas de Eloísa y Abelardo, aquí les dejo el link.

    http://helicon.es/index.htm

    bueno, en esta página, no aparece directamente el o los textos, y me da flojera buscarlos ahora, pero en la lista de textos encontrarán estas cartas de los amantes medievales.

    Saludos desde el Universo,
    Camilo Jara.

  67. vane

    hola! hace mucho qe escuche (y lei) de esta historia. pero siempre tuve una duda, qe sucede con el hijo de Eloisa y Abelardo? estara buenisimo si alguien me pudiese responder. muchas gracias. besos 🙂

  68. Gloria

    Un beso y gracias a tod@s por los comentarios. Vane… qué buena pregunta!! No tengo ni idea, intentaré averiguarlo… 🙂

  69. Sebastian

    Que bueno haber llegado aca…vi la peli, «eterno resplandor de una mente sin recuerdos» y me llamo poderosamente la atencion el titulo. Investigando un poco supe q el nombre provenia de un poema de alexander pope, llamado «eloisa y abelardo» (si alguien lo consigue en castellano estaria buenisimo)..cabe destacar q cuando escuche pajaros de portugal(cancion que hace referencia a abelardo y eloisa) me encanto..lo sorprendente es que en el momento en que estaba escuchando por primera vez pajaros de portugal, encontre el poema eloisa y abelardo, donde figuraba el trozo de la estrofa que le habia dado nombre a la peli q tanto me gusto!!..que coincidencia..bastante curioso jejej..besos

  70. Gloria

    Sí, Sebastián, las coincidencias… que a veces son sólo causalidades. Gracias por el comentario.

  71. patty_chile

    hola a todos he leido con mucha a tencion cada comentario que han echo sobre esta hermosa historia de amor, de amores que duran hasta mas alla de la muerte….me senti atraida por el tema ya que estaba buscando informacion sobre el nombre que le pondre a mi hija al nacer «Eloísa»…y cada dia las coincidencias de llamarla a si me llenan de gusto, ya que una de mis peliculas favoritas es «eterno resplandor de una mente sin recuerdos» segun la traduccion en mi pais…bueno….que mas decir es maravilloso averlos encontrado y compartir con uds. mi experiencia….ahora estoy escuchando la cancion de joaquin sabina…..estoy muy emocionada….

  72. alex

    pelicula y poema ; impresindibles para mi. fragmento del poema de eloisa tatuado en mi torso bajo mi brazo izquierdo.

  73. Esperanza

    Siempre los grandes amores tienen un final trágico
    . Dante y beatriz, Romeo y Juleta, Piramo y Tisbe,Calisto y Melibe, Ofelia y Hamlet etc.
    La cruel diferencia es que Eloisa y Abelardo, fueron reales y los pesares y dolores también.
    Cómo dice nuestro buen amigo Shakespeare:
    ¨Duelen más las heridas de amor que las del odio.

  74. Raisa

    Un pedazo del poema:

    ¡Cuán feliz es la suerte de la inocente vestal!
    Al mundo olvida y el mundo la olvidó.
    ¡Eterno resplandor de la mente inmaculada!
    Acepta todas las plegarias y renuncia a todos los deseos.

    «Cuan dichosa es la suerte
    de una inocente virgen.
    El mundo olvida, el mundo olvidado,
    Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Cada orador que se acepta y cada deseo que se renuncia»

    Simplemente hermoso el Poema…tan antiguo y tan actual…la vida misma, la de todos los días desde que existe el mundo: El Poder del Amor.

  75. Naty

    Hola a todos lei atentamente los comentarios y descubrí este cajón por una obsesión que me agarró con estos dos nombres tan particulares… Prometo subir muy pronto la traducción del poema de Alexander Pope!!! Saludos para todos!!!

  76. Bernardo

    Hola, soy de Panamá y les envio este extracto que encontré en un sitio WEB. Saludos a la hermandad de la melancolía….
    Para hacer la fortuna de mí la más miserable de las mujeres, me hizo primero la más feliz, de manera que al pensar lo mucho que había perdido fuera presa de tantos y tan graves lamentos cuanto mayores eran mis pesares.
    Ay, Abelardo!, tan fuerte frente a los hombres y tan tierno conmigo. Nunca me he arrepentido de mi pasión, solo me angustia pensar que mi negativa a hacer pública nuestra unión haya podido ser la causa de tu desgracia A pesar de ser el más brillante dialéctico de Paris, o lo que es igual, de toda la Cristiandad, nunca entendiste mi actitud; iba más allá de la pura conveniencia. .¡Me negaba, y me niego, a que nuestro amor fuera forzado en ningún sentido! ¡No puedo admitir que tanta pasión cambiase de rumbo! Tú, por el contrario, en aras de lo que creías mi tranquilidad, estuviste dispuesto a renunciar a las dignidades que te correspondían por méritos propios.

    Tú pudiste resignarte a la cruel desgracia, incluso llegaste a considerarla un castigo al que te habías hecho acreedor por transgredir las normas. ¡Yo, no!, ¡No he pecado! solo amo con ardor desesperado; cada día aumenta mi rebeldía contra el mundo y crece más mi angustia. ¡Nunca dejaré de amarte!. ¡Jamás perdonaré a mi tío, ni a la iglesia, ni a Dios, por la cruel mutilación que nos ha robado la felicidad!

    Pero, ¿qué puedo esperar yo, si te pierdo a ti? ¿Qué ganas voy a tener yo de seguir en esta peregrinación en que no tengo más remedio que tú mismo y en ti mismo nada más que saber que vives, prescindiendo de los demás placeres en ti -de cuya presencia no me es dado gozar- y que de alguna forma pudiera devolverme a mí misma? […]

    Mas, yo te prometo que he de procurarte el descanso que no conseguiste en vida. Ni siquiera aquella Iglesia que tanto amaste ha sido justa contigo, se han condenado tus escritos, has sido perseguido y sufrido un sinfín de injusticias, solo por la valentía de expresar lo que piensas, sin importarte el desacuerdo con los poderosos, sean obispos reyes, papas, santos o concilios.

    Tomado de http://www.portalplanetasedna.com.ar/abelardo_aloisa.htm

  77. O L C

    Esta historia me llego hasta lo mas profundo de mi corazon, con la diferencia de que fui yo la que hizo todo mal.

    Que hacer cuando uno se da cuenta que cometio el error de arruinar algo que pudo haber sido tan bello???

    Por que hasta ahora que lo he vuelto a ver me doy cuenta de mi error???

  78. ¿Qué es el amor? « Silencio22's Blog

    […] (Texto de http://uncajonrevuelto.arte-redes.com/index.php?p=127) […]

  79. Eloisa

    He sido una admiradora de esta historia pasional. En estos momentos vivo una historia similar a ellos, mi Abelardo es todo para mi,aunque no cuente con su presencia, es un amor de 20 años que perdura por toda la eternidad. Amar en la eternidad es uno de los sentimientos mas significativos de los amantes medievales y de este siglo en mi caso.
    Jose mi abelardo, si no estas a quien le regalare mis noches de pasion…eres un amor eterno. tu Heloisa apasionada.

  80. María Estrada

    Esta noche me deleité recordando nuevamente la pelicula de Eloisa y Abelardo, me gustría volver a verla, si alguien me pudiera indicar dondo consigo la pelicula, estaré agradecida por siempre.
    María.

  81. rosario

    me alegro tantoo de haber encontradoo la historiaaa , y gracias a SABINA.

  82. antonuan

    me puedes decir la ideas principales de la película …. ?¿? se lo agradezco es de suma importancia

  83. Gloria

    Creo que deberás buscar en otras fuentes…

  84. Ignacio Maldonado Rodriguez

    Hola, hermosa historia, yo tengo mi historia.Ella se lama Maria Eloisa, la amo desde hace 25 años y la amare hasta la muerte.Pido a Dois por ella, es religiosa, no conocia esta historia, felicito a los protagonistas, y los que me permitieron opinar.

  85. RODEN

    MUY BUENA HISTORIA, YO SOY ELOISA Y FRANCK ABELARDO

  86. Pablo

    Aca la peli http://www.youtube.com/watch?v=9umNmVsWxBI

  87. Gloria

    Gracias, Pablo por el enlace a la peli!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  88. Antonio

    Muy vivo el debate. Os dejo el enlace para conocer la autobiografía de Abelardo, la que tituló Historia calamitatum:
    http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CDMQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.omegalfa.es%2Fdownloadfile.php%3Ffile%3Dlibros%2Fhistoria.calamitatum.pdf&ei=gVKqUbHcKoip7Abeq4GQDA&usg=AFQjCNFNaQadymkS9fkv-9l6OOUzy2y0KQ&bvm=bv.47244034,d.ZGU&cad=rja

    Salud

  89. Antonio

    Otro más, el texto de las cartas en PDF

    http://biblioteca.cchs.csic.es/digitalizacion_tnt/pdfs/P_000787489_000787489000001_V00.pdf

    y una página que trata del tema y resume algunas cartas:

    http://sobreleido.blogspot.com.es/2011/07/correspondencia-de-abelardo-y-eloisa.html

    Y no insisto más

  90. Gloria

    Antonio! Muchísimas gracias por tu interesantes aportes!!!! Y bienvenido!!

  91. elvin

    la vi en 1989 siendo un adolescente(robándose el cielo),me marcó la vida

  92. Chaneti(Cuba)

    Una pregunta… qué fue del hijo que tuvieron?
    muy bueno tu site Gloria 🙂

  93. Gloria

    Gracias, Chaneti!!!! Y no sé qué fue del hijo… 🙁

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