Foto: William Gottlieb
«Fue un milagro que mamá, Sadie Fagan, no fuera a parar al correccional y yo al reformatorio. Pero ella me quiso desde el mismo instante en que notó en su vientre un suave puntapié mientras fregaba suelos. Se presentó en el hospital e hizo un trato con la directora: para pagar su estancia y la mía se ofreció a fregar los suelos y atender a las demás mujeres que esperaban tener a sus hijos. Trato hecho: mamá tenía 13 años ese miércoles 7 de abril de 1915 cuando yo nací en Baltimore», cuenta Billie Holiday en “Lady Sings The Blues”, la autobiografía que escribió cuatro años antes de morir.
Nació como Eleanora Fagan Gough. No está claro quien fue su padre, aunque Billie siempre aseguró que era Clarence Holiday, guitarrista de Fletcher Henderson. No fue un padre responsable y su relación fue mínima. Al final, una de las pocas cosas que obtuvo de Clarence fue su apellido. Luego, tomó el nombre de pila de la estrella de cine Billie Dove y así fue que terminó llamándose Billie Holiday, aunque también se le conoció como «Lady Day», pseudónimo que le dio su amigo, Lester Young.
Fue criada en Baltimore, en la ciudad natal de su adolescente madre, quien trabajaba como sirvienta doméstica y a veces ejercía la prostitución. Billie muchas veces se quedaba sola por largos periodos o junto a parientes que no la solían tratar muy bien.
Foto: Estatua de Billie en Baltimore
De esta forma, su infancia se caracterizó por la pobreza, el maltrato, la soledad y sobretodo por la falta de amor y afecto, carencia que le provocó una inestabilidad emocional que mantuvo durante toda su vida.
En 1926, cuando Sadie regresó a casa, descubrió que su vecino, Wilbert Rich, había violado a su hija, quien en ese momento tenía sólo 11 años de edad. El abusador fue denunciado a la justicia y puesto en prisión, mientras que Billie tuvo que ir un internado católico. Luego de dejar el hogar católico y el colegio, en 1928 se fue a vivir con su madre a Nueva York, a un burdel en Harlem. Fue ahí donde Billie escuchó por primera vez la musica de Louis Armstrong y Bessie Smith, en una antigua vitrola que había en la casa, mientras limpiaba y hacía las camas del prostíbulo. En esa misma época empezó a ejercer la prostitución junto a su madre. Por ese motivo, ambas fueron arrestadas por la policía en mayo de 1929.
Cantaba por algunas monedas en los bares de Harlem. Hasta que llegó a donde la misma Billie llamó el punto de inicio de su carrera, “Pod´s and Jerry´s”. Cuenta Billie que estaban a punto de echarla de las orejas, cuando el pianista se apiadó y empezó a tocar para ella: se acallaron todas las voces en el bar y al finalizar todos aullaban y levantaban los vasos de cerveza. Arregló para cantar por 18 dólares semanales. Para conseguir más dinero con las propinas, alargaba los temas improvisando mientras paseaba entre las mesas. Tenía 16 años, fumaba marihuana y bebía con regularidad. Fue en ese momento que decidió cambiar su nombre de Eleonora por Billie. A pesar de no tener estudios técnicos, poseía una incomparable dicción, fraseo e intensidad dramática. Tenía, además, una elegancia que llamaba la atención. Posteriormente, empezó a usar gardenias blancas en el pelo, su marca personal que surgió por casualidad cuando se quemó el cabello y usó el adorno floral para tapar el sector estropeado.
Fue en “Pod´s and Jerry´s” donde la descubrió John Hammond, un productor de discos. Fue el puntapié inicial de un sinfín de escenarios, grabaciones y giras durante más de veinte años. Grabaciones por las que prácticamente no cobraría derechos y giras donde experimentaría la exclusión social.
En esa época participó en las jam sessions, En cada una de estas sesiones participaban destacados músicos, que eran elegidos según la orquesta que en ese momento estuviese en la ciudad. Fue precisamente en una de esas fechas a cargo de Teddy Wilson, particularmente el 25 de enero de 1937, que intervinieron cinco miembros de la banda de Count Basie. Esa vez Billie Holiday conoció al saxo tenor Lester Young, quien se convirtió en el amigo más cercano que tuvo en su vida.
A principios de 1935, hizo su debut en el Teatro Apollo y apareció junto a Duke Ellington en una corta película titulada “Symphony In Black”.
Fotos: fotogramas de la película
Entre los años 1935-44, Billie Holiday grabó cerca de 200 canciones, muchas de los cuales son actualmente consideradas verdaderas piezas magistrales del jazz, especialmente aquellas en las que canta junto a Lester Young.
En 1937, Billie Holiday ya era muy conocida y fue contratada para cantar junto a la banda de Count Basie como atracción especial.
Billie se transformó en una estrella de los escenarios de los clubes de Nueva York a principios de los 40. Cantó con los mejores músicos de jazz de la época, en las mejoras bandas, se intentó mostrar rivalidad con Ella Fitzgerald, pero muchos dicen que eso no era cierto. Aunque es verdad que si bien Ella Fitzgerald era más popular con la gente, la mayoría de los músicos querían grabar con Billie.
Foto: Billie con Ella.
Sin embargo, la historia de su vida va cuesta abajo a partir de 1950. Cuenta que a partir de 1950 su voz comenzó a decaer rápidamente, a pesar de que sus grabaciones con Norman Granz la ubicaron entre las estrellas de jazz. Sus infelices relaciones sentimentales, especialmente la que tuvo de por vida con Lester Young «Prez», la distraían, al tiempo que el alcohol y las drogas iban haciendo estragos.
En 1954 viajó a Europa y se dio cuenta de que no sólo era conocida en los Estados Unidos, sino que en casi todo el mundo. En esa época tenía una nueva pareja, Louis McKay, quien le consiguió muchos conciertos y la mantuvo alejada durante algún tiempo de las drogas, aunque especulaba con su dinero y se quedaba con todas las ganancias de Billie. Se casaron en 1957, el mismo año en de su última gran presentación en el especial «The sound of jazz» de CBS, junto a Lester Young y Coleman Hawkins. Y el mismo año también en el que cantó «Fine and Mellow» con un emotivo coro por televisión.
.El matrimonio con Louis duró poco tiempo, porque se pelearon después de que McKay descubriera que Billie seguía consumiendo estupefacientes a escondidas suyas.
El albúm de 1958, «Lady in Satin», encontró a la artista de 43 años de edad haciendo grandes esfuerzos para cantar como en los mejores tiempos.
Tuvo dos maridos, y una infinidad de amantes. Algunos de sus concubinos fueron sus agentes, y muchos de sus amantes, sus proveedores de drogas. Todos vivieron de su dinero.
En sus últimos dos años de vida, vivió sola acompañada de su perro en un pequeño departamento de Nueva York, hostigada por las autoridades a raíz de su abuso de drogas y alcohol. La muerte de su querido amigo Lester Young, el 15 de marzo de 1959, le causó un profundo impacto y en su funeral, dijo: «yo seré la próxima».
El 30 mayo colapsó y tuvo que ir de urgencia al hospital, sin embargo, no fue admitida por su problema de drogadicción. Fue derivada a otro centro médico que sí aceptaba pacientes adictos, pero el 11 de junio una enfermera encontró polvo blanco a un costado de su cama y llamó a la policía. Fue arrestada en el mismo hospital y continuaba en calidad de detenida cuando murió el 17 de julio de ese mismo año.
En 1972, Diana Ross protagonizó la película dirigida por Sidney J. Furie «Lady Sings the Blues«, con la vida de Billie como argumento. Sin embargo no cosechó muy buenas críticas, parece ser que está más cerca de la telenovela, que de una biografía respetuosa… pero yo no la ví.
Ya sé, acá tendría que ponerles esos podcasts para escucharla… pero todavía no manejo esa tecnología, aunque estoy en ello… por ahora, escuchen un CD si lo tienen por ahí…
Este fue mi homenaje a esta cantante increíble, a esta mujer que exorcizó su vida trágica con su voz…
Dibujo: de la serie “Re-tratos” de Douglas Wright
Fuente: Página de Billie Holiday