DANZA DEL VIENTRE
enero 9th, 2006La danza del vientre posee una dimensión terapéutica y espiritual que se remonta a un pasado lejano, cuando se practicaba en los templos sagrados de Egipto y de la India.
La danza del vientre, con el verdadero nombre en árabe de Raks el Chark («Danza del sol» o de «Ra»), surge en el Egipto anterior a los faraones relacionada a varios cultos y rituales de fertilidad femenina. La diosa Isis ejercía un importante papel interventor en esos rituales. Isis era la hermana y esposa de Osiris, y madre de Horus. Resucitó a su esposo, asesinado por su hermano Seth. Era la expresión máxima del poder creador y recreador femenino en una sociedad aún plena de elementos matriarcales, por lo menos hasta la ascensión de los faraones.
Las mujeres usaban entonces el «bastón de mando» (símbolo de poder) en sus danzas rituales, y aún hoy se conserva en los bailes folclóricos de Egipto.
Según la mitología egipcia, el vientre descubierto de la bailarina captaba la energía del sol (el dios Ra), un elemento masculino, que simboliza la fecundación. Esa «cópula» con el dios Sol era algo sagrado y exigía entrega total de las mujeres que eran predestinadas a pasar su vida en los templos dedicados a Isis y Ra.
La danza del sol o del vientre también se conoce como danza de los siete velos, o simplemente «del velo» porque sus danzarinas -que representaban a Isis en la tierra- se revelaban paulatinamente al dios Sol quitándose los velos, costumbre que se mantiene hoy en día.
Se cree que la danza del vientre surgió en la India, como homenaje al dios Shiva, cuyas constantes iconográficas son el tercer ojo de la frente, sus cuatro manos y el tocado con la luna y las serpientes. Shiva, a la vez, es creador y destructor del mundo. Esa danza sagrada entre los hindúes proporcionaba a sus practicantes la captación de la energía cósmica o prana a través de los movimientos sutiles hechos con las manos y el vientre: se atrae hacia el vientre o plexo solar y se devuelve hacia fuera, al entorno terrestre, a la naturaleza, incluido el ser humano, a modo de ofrenda.
No obstante, la danza del vientre parece tener carácter universal, puesto que ha sido practicada por varias civilizaciones del pasado. Las danzas pélvicas existían entre los celtas y ocuparon gran parte de Europa. Es posible que en el neolítico ya hubiera alguna forma menos desarrollada de este tipo de danza aunque los vestigios encontrados hasta este momento no permiten llegar a una conclusión definitiva.
En Polinesia también eran conocidas las danzas pélvicas, como se aprecia en las mujeres danzarinas del hula-hula. En la región amazónica de Brasil, las mujeres de la nación Gé‚ practicaban una especie de danza del vientre siempre en la primera noche de luna llena a la que relacionaban con la fertilidad femenina. La luna, en casi todas las culturas, simboliza lo femenino, la fertilidad y la regeneración.