DOLOR – Carlos Fuentealba

abril 6th, 2007

Carlos Fuentealba

Nadie te enseña nada.

Nadie te enseña a ser vaca.

Nadie te enseña a volar en el espanto.

Mataron a miles de compañeros y nadie te enseña

a hacerlos de nuevo.

¿Cómo hago,

cómo hago yo?

¿hay que romper la memoria para que se vacíe

/como un vaso roto?

Me consuelo estúpidamente.

Miro navegar rostros en mi sangre y me digo

que no murieron aún.

Pero mueren aún

Y yo mismo, ¿qué hago mirando cada rostro?

¿Me muero en ellos cada vez?

En alguna telita del futuro habrán escrito /sus nombres.

Pero la verdad es que están muertos,

amortajados por la incomprensión.

Alzan sueños sin método

contra la vida chiquita.

Juan Gelman

Manifestación docente en Neuquén (Patagonia. Argentina). Amenaza de huelga. Un policía mató a un profesor en el medio de una brutal represión. Podríamos pensar que esto pasó hace veinte años atrás, pero no, esto sucedió ayer.

Carlos Fuentealba luchaba por los derechos de los docentes, junto a cientos de compañeras y compañeros y un policía lo asesinó. Sin más.

Este es mi modo de mostrar el dolor que me produjo la noticia.

5 Responses to “DOLOR – Carlos Fuentealba”

  1. Isa

    Hay que mirar el rostro de los muertos para devolverselo con la mirada a los que les arrancaron la vida a jirones. Porque hay conservar la memoria para afrontar el futuro, quizá así aprendamos algún día.
    Saludos.

  2. Nocturama

    Pegarle a un maestro

    Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.

    Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.

    Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.

    Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con certeza.

    Lo saben sus padres.

    Lo saben sus abuelos.

    Lo sabe el tutor o encargado.

    Lo saben los que no tienen estudios completos.

    Lo sabe el repetidor.

    Lo sabe el de mala conducta.

    Lo sabe el que falta siempre.

    Lo sabe el rateado.

    Lo sabe el bochado.

    Lo sabe hasta un analfabeto.

    No se le pega a un maestro.

    No se le puede pegar a un maestro.

    A los maestros no se les pega.

    Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.

    Son unos burros.

    No saben lo más primario.

    Lo que saben es matar a un maestro.

    Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.

    Lo que saben es golpearlos con un palo.

    Lo que saben es dispararles balas de goma.

    A los maestros.

    A maestros.

    Lo que no saben es que se puede discutir con un maestro.

    Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.

    Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.

    Pero no se le puede pegar a un maestro.

    No se le pega a un maestro.

    A los maestros no se les pega.

    Y no lo saben porque son unos burros.

    Y si no lo saben que lo aprendan.

    Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.

    Y si no lo quieren aprender por las buenas, que lo aprendan por las malas.

    Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o encargados, con o sin estudios completos:

    Que no se le pega a un maestro.

    No se le puede pegar a un maestro.

    No debo pegarle a un maestro.

    A los maestros no se les pega.

    Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.

    Por Mex Urtizberea
    Para LA NACION

  3. Gloria

    Asì es, Isa…

    Gracias, Nocturama por este texto maravilloso…

  4. Alejandra

    ¿que estamos enseñando? ¿cúal es el mensaje? si los gobernantes matan a un maestro entonces estan enseñando algo con lo que luchamos día a día… el respeto: un maestro no vale, una vida no vale, educar, un derecho indiscutible, no vale… seguiremos siendo tercer mundo, subdesarrollados, bananeros o como nos quieran llamar… ¡que ejemplo, no?!

  5. Gloria

    Un horror, Ale y encima hay elecciones y no sólo no castigan a los culpables sino que los votan… puaj!

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