HOMBRES
septiembre 1st, 2005Los hay tiernos, sensibles, generosos, atentos. Los hay honestos, coherentes e idealistas. Están los que expresan lo que sienten sin temor a las miradas suspicaces de sus congéneres. Los hay inteligentes, reflexivos, lúcidos, dispuestos a compartir de igual a igual con una mujer. Los hay a los que no les gusta el fútbol o por lo menos que son capaces de preferir un encuentro con una mujer a la que quieren, que ver jugar a su equipo favorito. Están los que aman cambiar los pañales de sus bebés y los que desearían tener más tiempo para criarlos.
Los hay buenos, profundamente solidarios, excelentes amigos. Están los desprendidos, los cultos y los sutiles. Están los que son capaces de sorprendernos con el regalo exacto en el momento preciso. Y están aquellos memorables, apasionados, sensuales. Los hay divertidísimos, cariñosos. Y los hay misteriosos e inquietantes. Están los que no se duermen después de hacer el amor.
Los hombres vienen en todos los talles, colores y formas, como nosotras. Están los que nos tienen en cuenta para tomar decisiones, los que son capaces de aceptar los consejos o las sugerencias de una mujer. Los hay feministas, comprometidos y con un exacto sentido de la justicia. Están los que aceptan ser tratados por una médica o una psicóloga. Los hay que reconocen que manejar un auto no tiene nada que ver con la virilidad. Los hay auténticos y creativos. Y así… muchos, muchos más…
Están por ahí, mujeres. Miremos bien, estemos atentas a cuando uno de estos nos ronde cerca. Porque muchas veces se nos pasan de largo por esa costumbre que tenemos de ponerlos a todos en la misma bolsa. Es mentira, no son todos iguales. Sólo es cuestión de abrir los ojos, tener la intuición en alerta roja, disponer el corazón. Sólo es cuestión de salir a buscarlos. No son príncipes azules, ni son Superman, ni Richard Gere. Son hombres de carne y hueso, humanos, imperfectos pero muchos de ellos capaces de enamorarse, amar, dejarse querer, hablar, bajarse del caballo, subirnos al podio, mirarnos como a otro ser humano y no como se mira a un objeto de decoración. Están, existen. Como amigos, compañeros de trabajo, maridos, amantes o parejas. Sólo es cuestión de observar cuidadosamente, ver, tocarles el hombro, sonreir y disponerse a disfrutarlos.
septiembre 18th, 2005 at 3:39 am
HOLA SOY UNA CHICA SOLITARIA NO TANTO POR SER FEA SI NO QUE SOY MUY AMARGADA
Y NADIE ME TOLERA ES MAS TENGO DIAS EN QUE ME PARO MUY PERO MUY AMARGADA
Y NO LE HABLO A NADIEEEEEEEEEE… DIME QUE PUEDO HACER PLISSSSSSS…
septiembre 18th, 2005 at 12:24 pm
Becerra, no tengo idea de qué puedas hacer… trata de sonreír, de reirte mucho, a lo mejor se te pasa la amargura… no sé..
Un abrazo
marzo 21st, 2006 at 4:37 pm
Gracias por el detalle, ciertamente ningún ser vivo es igual a otro y es un error incluirlos en el mismo lote.
Creo que no hay que confudir precaución con aversión.Tengo que disfrazarme de humano muy
a menudo pero mi instinto salvaje sigue estando a flor de piel y en ocasiones se puede sentir el recelo de
las hembras humanas ante mi presencia (o la otros machos)aún sin conocerme.Nota: Espero que mi
lenguaje categórico (macho-hembra) no ofenda a nadie…son cosas de lobos.
marzo 21st, 2006 at 11:24 pm
Entendido, Lobo, no nos ofendemos. 🙂