LA RISA, LA SEXUALIDAD Y LA MUJER SALVAJE

agosto 17th, 2005

Les sigo contando cosas del libro «Mujeres que corren con los lobos». Hoy tengo ganas de seguir con aquello de LA RISA que puse el otro día (post del día 9 de agosto en este mismo cajón de la mesita de luz). Pero hoy además les quiero contar cómo relaciona Clarissa Pínkola Estés, la risa con la sexualidad femenina y con el arquetipo de la Mujer Slavaje.

Es importante para la mujer su naturaleza sensorial. Esta naturaleza reacciona a los estímulos sensoriales: la música, el movimiento, la comida, la bebida, la paz, el silencio, la belleza, la oscuridad. La conciencia sensorial incluye la sexualidad, aunque no se limita a ella.
Mucho podría decirse acerca del uso y el abuso de la naturaleza sensorial de las mujeres y acerca de la manera en que ellas y los demás reprimen sus ritmos naturales o intentan apagarlos por completo. En la época moderna apenas se ha presentado atención a esta expresión sensorial de las mujeres.
Hay una aspecto de la sexualidad de las mujeres que en la antigüedad se llamaba lo obsceno sagrado, no con el significado con que hoy utilizamos esta palabra, sino con el de sexualmente sabio e ingenioso y se tributaban a las diosas unos cultos dedicados a la sexualidad femenina.
La idea de la sexualidad como algo sagrado es esencial para la Mujer Salvaje. Había en las antiguas culturas femeninas unas diosas de la obscenidad, pero el lenguaje, por lo menos en castellano dificulta la comprensión de estas diosas.
«Obsceno», proviene del hebreo antiguo Ob, con el significado de «maga», «bruja». Subsisten en todas las culturas mundiales vestigios de cuentos que han sobrevivido a las distintas purgas. En ellos se nos dice que lo obsceno no es vulgar, ni sucio.
En su trabajo como psicoanalista, Clarissa comprendió que las mujeres ríen al oír los relatos de las hazañas de las mujeres, tanto reales como mitológicas, que utilizaban su sexualidad y su sensualidad para conseguir un objetivo, aliviar una pena o provocar la risa, y por este medio, enderezar algo que se había torcido en la psique. Las mujeres debían apartar, para poder reírse, todas las enseñanazas recibidas, según las cuales reírse de esa manera no era propio de una señora.
Para reír hay que poder exhalar el aire e inspirar en rápida sucesión. Se sabe por la quinesiología y otras terapias corporales, como el Hakomi, que el hecho de inspirar nos hace experimentar sensaciones y que, cuando no queremos sentir nada, contenemos la respiración. Cuando se ríe, la mujer respira libremente y, al hacerlo, es posible que empiece a sentir sensaciones no autorizadas. Comprendió, Clarissa, que la importancia de estas antiguas diosas de la obscenidad quedaba demostrada por su capacidad de soltar lo que estaba demasiado tenso, borrar la tristeza, provocar en el cuerpo una especie de humor que no pertenece al intelecto sino al cuerpo.
Hay un cuento que ilustra este concepto. El cuento de Baubo, diosa de la antigua Grecia, diosa de la obscenidad. Sólo existe una referencia a esta diosa, lo cual parece indicar que su antiguo culto fue destruido y quedó enterrado bajo la estampida de las distintas culturas conquistadoras.
Deméter, la madre tierra, tenía una hija, Perséfone que un día fue raptada por Hades, el dios de ultratumba. Hades la condujo al interior de la tierra. Deméter oyó los gritos de su hija pero no pudo encontrarla, pese a buscarla durante varios meses. Estaba furiosa, gritaba, preguntaba, buscaba en todos los parajes, suplicaba compasión pero no conseguía encontrarla.
Así, maldijo las tierras fértiles del mundo, y no hubo trigo para amasar el pan, ni ningún niño pudo nacer, ni hubo flores para las fiestas, ni ramas para los muertos. Todo estaba marchito, la tierra reseca y los pechos secos. Un día se le apareció una mujer, una especie de mujer, bailando, agitando las caderas como si estuviera en pleno acto sexual. La bailarina no tenía cabeza, sus pezones eran los ojos y su vulva era su boca. Con aquella boca empezó a contarle historias muy graciosas. Deméter sonrió, luego rió, y finalmente estalló en una carcajada. Ambas mujeres, Baubo, la diosa del vientre, y Deméter, la Madre Tierra se rieron juntas.
Aquella risa sacó a Deméter de su depresión y le infundió la energía necesaria para reanudar la búsqueda y, con la ayuda de Baubo, de Hécate y del sol Helios, consiguió finalmente su objetivo. Perséfone fue devuelta a su madre. El mundo, la tierra y los vientres de las mujeres volvieron a crecer.
Baubo procede de las antiguas diosas del vientre neolíticas, son los talismanes de las conversaciones que las mujeres jamás mantendrán en presencia de un hombre. Existía un ritual femenino del estar juntas en el que las mujeres hablan, dicen la verdad, se ríen como locas, se sienten reconfortadas y cuando vuelven a casa, todo marcha mejor. En tiempos antiguos las mujeres animaban a los hombres a ir a pescar, para quedarse sola o en compañía de otras mujeres. Es un ciclo femenino natural.
Baubo nos recuerda la idea «interesante» de que un poco de obscenidad puede ayudar a superar una depresión. Y es verdad que ciertas clases de risas, la que procede del todos esos relatos que las mujeres se cuentan, esos relatos sirven para despertar la libido. Vuelven a despertar el interés de una mujer por la vida. Desde el punto de vista simbólico «hablar por la vulva», es hablar desde la materia prima , el más básico y más sincero nivel de verdad, desde las profundidades.

LA DIOSA

agosto 12th, 2005

Desde siempre se ha reconocido a la Diosa bajo diversas formas. Es la Madre del Mundo, la Dadora de Vida, la Gran Nutridora, Sustentadora y Sanadora; pero también la que porta la muerte, la que garantiza la inmortalidad y la liberación. La Diosa da y la Diosa quita. Es capaz de compasión infinita y de total aniquilación. En definitiva, es la encarnación de lo que conocemos como vida, y su historia es antigua como la vida misma, porque ella es la vida. Es el tiempo -pasado, presente y futuro-, la forma y la amorfia. Ha sido virgen, amante, madre y vieja. Tiene diez mil nombres y la han llamado «Reina de los Cielos», «Ama de la Oscuridad», «Señora de las Cosas Salvajes», «Tejedora de la Tela». En el arte del mundo entero se nos presenta como energía omnipotente de la fuerza vital. Sin ella no somos nada; con ella, nuestra capacidad se llena de energía que nos encamina hacia el futuro.
Los ritos de las mujeres giran necesariamente en torno a sus ciclos vitales y la iniciación sacraliza los momentos fundamentales de la pubertad y la menstruación, el amor sexual, el alumbramiento y la maternidad. También incluyen los ciclos, más amplios, de la Naturaleza y el retorno de las estaciones, que honran el lugar que ocupa la Diosa en el ciclo cósmico.

Con la aparición del patriarcado, los hombres intentan borrar todo lo que la Diosa representa… pero, esa es otra historia.

(En Getty Adele, La diosa)

LA RISA

agosto 9th, 2005

Reírse es propio de la especie humana , hace bien al organismo y al alma. Por ejemplo, dicen que ayuda a la circulación de la sangre, da un masaje vibratorio a todo el cuerpo, aleja temores, aumenta la capacidad pulmonar, elimina toxinas, potencia el sistema inmunológico, relaja el sistema muscular, duplica la rapidez del pulso, se liberan endorfinas (las que, además de ser el analgésico natural de nuestro cuerpo, producen al ser liberadas, una sensación de bienestar generalizado) alivia el estrés (1 minuto de risa equivale a 45 minutos de meditación) y, atención a esto: cinco minutos de risa equivalen a 45 minutos de ejercicio ligero. Es decir que si nos reímos mucho, podremos hacer menos abdominales!!!!!!

Dicen que las niñas y los niños ríen 400 veces al día, en cambio las personas adultas de 20 a 30… es una pena que dejemos de reírnos y creo que hay que hacer un esfuerzo para hacerlo. Seguramente es una cuestión de actitud ante la vida y que no se puede cambiar de repente, pero en principio, podemos pensarlo…

La cuestión es que la risa es sanadora. Tomarse las cosas con sentido del humor, aún en los momentos más terribles de nuestra vida, puede aliviarnos el dolor. Ser capaces de reírnos de nosotras mismas nos permite aceptarnos y querernos.

Las mujeres solemos reírnos mucho cuando estamos juntas, cuando somos cómplices. Clarissa Pínkola Estés dice que “cuando la risa ayuda sin causar daño, cuando una risa ilumina, realinea, reordena y reafirma el poder y la fuerza, es una risa saludable. Cuando la risa hace que la gente se alegre de estar viva y de estar ahí, más conscientes del amor y fortalecida por el eros, cuando disipa su tristeza y la libra de la furia, es una risa sagrada”.

Comenzamos a correr con los lobos

agosto 8th, 2005

Me gustaría que este blog lo visitaran mujeres y hombres, aunque sé que su contenido suena a “femenino”, bueno, lo es en la medida que soy una mujer, pero pienso que hay cosas aquí que estaria muy bien que las leyeran los varones.

Por ejemplo, en este cajón de la mesita de luz voy a guardar muchas veces textos de uno de mis libros favoritos: MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS, de Clarissa Pínkola Estés (pueden ver una foto de ella en el cajón de las fotos), libro que recomiendo ferviertemente a mujeres y a hombres.

Para empezar, va un fragmento del capítulo 4 EL COMPAÑERO: LA UNIÓN CON EL OTRO

“Si las mujeres quieren que los hombres las conozcan, que realmente las conozcan, ellas tienen que enseñarles algo del conocimiento profundo. Algunas mujeres dicen que están cansadas, que ya han hecho demasiado en esta área. Sugiero humildemente que han estado tratando de enseñarle a un hombre a quien no le interesa aprender. La mayoría de los hombres quieren saber, quieren aprender. Cuando los hombres muestran esa voluntad, entonces es el momento de revelar cosas: no sólo porque sí, sino porque otra alma lo ha pedido.

Para ganarse el corazón de la mujer salvaje, una pareja deberá entender plenamente la dualidad natural en ella. Cualquier persona cercana a una mujer salvaje de hecho está en presencia de dos mujeres: un ser externo y una criatura interna, una que vive en el mundo de arriba, y otra que vive en el mundo no tan fácilmente visible. El ser externo vive bajo la luz del día y es fácilmente observable. A menudo es pragmática, aculturada, y muy humana. La criatura, no obstante, con frecuencia viaja a la superficie desde muy lejos, a menudo apareciendo para luego desaparecer con la misma velocidad, sin embargo dejando siempre tras de sí un sentimiento: algo sorprendente, original y sabio.

Una mujer posee tremendos poderes cuando los aspectos duales individuales son reconocidos conscientemente y contemplados como unidad, sosteniéndolos juntos en lugar de mantenerlos separados. El Poder de Dos es muy fuerte y ninguno de los dos lados de la dualidad debe ser desatendido. Necesitan ser alimentados por igual, pues juntos aportan un poder sobrenatural al individuo.”

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