BILLIE HOLIDAY

julio 10th, 2006

Foto: William Gottlieb
Foto: William Gottlieb

«Fue un milagro que mamá, Sadie Fagan, no fuera a parar al correccional y yo al reformatorio. Pero ella me quiso desde el mismo instante en que notó en su vientre un suave puntapié mientras fregaba suelos. Se presentó en el hospital e hizo un trato con la directora: para pagar su estancia y la mía se ofreció a fregar los suelos y atender a las demás mujeres que esperaban tener a sus hijos. Trato hecho: mamá tenía 13 años ese miércoles 7 de abril de 1915 cuando yo nací en Baltimore», cuenta Billie Holiday en “Lady Sings The Blues”, la autobiografía que escribió cuatro años antes de morir.

Nació como Eleanora Fagan Gough. No está claro quien fue su padre, aunque Billie siempre aseguró que era Clarence Holiday, guitarrista de Fletcher Henderson. No fue un padre responsable y su relación fue mínima. Al final, una de las pocas cosas que obtuvo de Clarence fue su apellido. Luego, tomó el nombre de pila de la estrella de cine Billie Dove y así fue que terminó llamándose Billie Holiday, aunque también se le conoció como «Lady Day», pseudónimo que le dio su amigo, Lester Young.
Fue criada en Baltimore, en la ciudad natal de su adolescente madre, quien trabajaba como sirvienta doméstica y a veces ejercía la prostitución. Billie muchas veces se quedaba sola por largos periodos o junto a parientes que no la solían tratar muy bien.


Foto: Estatua de Billie en Baltimore

De esta forma, su infancia se caracterizó por la pobreza, el maltrato, la soledad y sobretodo por la falta de amor y afecto, carencia que le provocó una inestabilidad emocional que mantuvo durante toda su vida.
En 1926, cuando Sadie regresó a casa, descubrió que su vecino, Wilbert Rich, había violado a su hija, quien en ese momento tenía sólo 11 años de edad. El abusador fue denunciado a la justicia y puesto en prisión, mientras que Billie tuvo que ir un internado católico. Luego de dejar el hogar católico y el colegio, en 1928 se fue a vivir con su madre a Nueva York, a un burdel en Harlem. Fue ahí donde Billie escuchó por primera vez la musica de Louis Armstrong y Bessie Smith, en una antigua vitrola que había en la casa, mientras limpiaba y hacía las camas del prostíbulo. En esa misma época empezó a ejercer la prostitución junto a su madre. Por ese motivo, ambas fueron arrestadas por la policía en mayo de 1929.
Cantaba por algunas monedas en los bares de Harlem. Hasta que llegó a donde la misma Billie llamó el punto de inicio de su carrera, “Pod´s and Jerry´s”. Cuenta Billie que estaban a punto de echarla de las orejas, cuando el pianista se apiadó y empezó a tocar para ella: se acallaron todas las voces en el bar y al finalizar todos aullaban y levantaban los vasos de cerveza. Arregló para cantar por 18 dólares semanales. Para conseguir más dinero con las propinas, alargaba los temas improvisando mientras paseaba entre las mesas. Tenía 16 años, fumaba marihuana y bebía con regularidad. Fue en ese momento que decidió cambiar su nombre de Eleonora por Billie. A pesar de no tener estudios técnicos, poseía una incomparable dicción, fraseo e intensidad dramática. Tenía, además, una elegancia que llamaba la atención. Posteriormente, empezó a usar gardenias blancas en el pelo, su marca personal que surgió por casualidad cuando se quemó el cabello y usó el adorno floral para tapar el sector estropeado.
Fue en “Pod´s and Jerry´s” donde la descubrió John Hammond, un productor de discos. Fue el puntapié inicial de un sinfín de escenarios, grabaciones y giras durante más de veinte años. Grabaciones por las que prácticamente no cobraría derechos y giras donde experimentaría la exclusión social.

En esa época participó en las jam sessions, En cada una de estas sesiones participaban destacados músicos, que eran elegidos según la orquesta que en ese momento estuviese en la ciudad. Fue precisamente en una de esas fechas a cargo de Teddy Wilson, particularmente el 25 de enero de 1937, que intervinieron cinco miembros de la banda de Count Basie. Esa vez Billie Holiday conoció al saxo tenor Lester Young, quien se convirtió en el amigo más cercano que tuvo en su vida.
A principios de 1935, hizo su debut en el Teatro Apollo y apareció junto a Duke Ellington en una corta película titulada “Symphony In Black”.


Fotos: fotogramas de la película

Entre los años 1935-44, Billie Holiday grabó cerca de 200 canciones, muchas de los cuales son actualmente consideradas verdaderas piezas magistrales del jazz, especialmente aquellas en las que canta junto a Lester Young.
En 1937, Billie Holiday ya era muy conocida y fue contratada para cantar junto a la banda de Count Basie como atracción especial.
Billie se transformó en una estrella de los escenarios de los clubes de Nueva York a principios de los 40. Cantó con los mejores músicos de jazz de la época, en las mejoras bandas, se intentó mostrar rivalidad con Ella Fitzgerald, pero muchos dicen que eso no era cierto. Aunque es verdad que si bien Ella Fitzgerald era más popular con la gente, la mayoría de los músicos querían grabar con Billie.


Foto: Billie con Ella.

Sin embargo, la historia de su vida va cuesta abajo a partir de 1950. Cuenta que a partir de 1950 su voz comenzó a decaer rápidamente, a pesar de que sus grabaciones con Norman Granz la ubicaron entre las estrellas de jazz. Sus infelices relaciones sentimentales, especialmente la que tuvo de por vida con Lester Young «Prez», la distraían, al tiempo que el alcohol y las drogas iban haciendo estragos.
En 1954 viajó a Europa y se dio cuenta de que no sólo era conocida en los Estados Unidos, sino que en casi todo el mundo. En esa época tenía una nueva pareja, Louis McKay, quien le consiguió muchos conciertos y la mantuvo alejada durante algún tiempo de las drogas, aunque especulaba con su dinero y se quedaba con todas las ganancias de Billie. Se casaron en 1957, el mismo año en de su última gran presentación en el especial «The sound of jazz» de CBS, junto a Lester Young y Coleman Hawkins. Y el mismo año también en el que cantó «Fine and Mellow» con un emotivo coro por televisión.
.El matrimonio con Louis duró poco tiempo, porque se pelearon después de que McKay descubriera que Billie seguía consumiendo estupefacientes a escondidas suyas.
El albúm de 1958, «Lady in Satin», encontró a la artista de 43 años de edad haciendo grandes esfuerzos para cantar como en los mejores tiempos.
Tuvo dos maridos, y una infinidad de amantes. Algunos de sus concubinos fueron sus agentes, y muchos de sus amantes, sus proveedores de drogas. Todos vivieron de su dinero.
En sus últimos dos años de vida, vivió sola acompañada de su perro en un pequeño departamento de Nueva York, hostigada por las autoridades a raíz de su abuso de drogas y alcohol. La muerte de su querido amigo Lester Young, el 15 de marzo de 1959, le causó un profundo impacto y en su funeral, dijo: «yo seré la próxima».
El 30 mayo colapsó y tuvo que ir de urgencia al hospital, sin embargo, no fue admitida por su problema de drogadicción. Fue derivada a otro centro médico que sí aceptaba pacientes adictos, pero el 11 de junio una enfermera encontró polvo blanco a un costado de su cama y llamó a la policía. Fue arrestada en el mismo hospital y continuaba en calidad de detenida cuando murió el 17 de julio de ese mismo año.

En 1972, Diana Ross protagonizó la película dirigida por Sidney J. Furie «Lady Sings the Blues«, con la vida de Billie como argumento. Sin embargo no cosechó muy buenas críticas, parece ser que está más cerca de la telenovela, que de una biografía respetuosa… pero yo no la ví.

Ya sé, acá tendría que ponerles esos podcasts para escucharla… pero todavía no manejo esa tecnología, aunque estoy en ello… por ahora, escuchen un CD si lo tienen por ahí…

Este fue mi homenaje a esta cantante increíble, a esta mujer que exorcizó su vida trágica con su voz…


Dibujo: de la serie “Re-tratos” de Douglas Wright

Fuente: Página de Billie Holiday

HOW TO MAKE AN AMERICAN QUILT

junio 27th, 2006

Es una película deliciosa. En español se llamó «Donde reside el amor», pero el título en inglés es mucho más sugerente…

Cuatro mujeres cosen y bordan una de esas típicas «american quilt» (esos cubrecamas hechos con patchwork) para Finn, quien está a punto de casarse.
En esa colcha, las mujeres le cuentan a Finn sus historias, sus vidas en una síntesis de colores.

Es una peli que habla de historias de mujeres. Habla de tejer genealogías.

Está basada en una novela de Whitney Otto.

Unas actrices gigantes (Anne Bancroft, Ellen Burstyn, Kate Nelligan, Alfre Woodard) y una (para mi gusto) simplemente correcta Winona Ryder. La directora es una mujer australiana: Jocelyn Moorhouse, la misma de la última versión de «Mujercitas«.

La música es de Thomas Newman y es preciosa.

LOUISA MAY ALCOTT Y MUJERCITAS

junio 8th, 2006

Louisa May Alcott

Louisa May Alcott nació el 29 de noviembre de 1832 en Germantown, Pennsylvania (Estados Unidos). Sus padres fueron Abigail May y el pedagogo, escritor y filósofo trascendentalista Amos Bronson Alcott, muy vinculado al abolicionismo, al sufragio femenino y a la reforma educacional. Louisa tenía tres hermanas, Anna, Lizzie y Abba May. Su hermano Dapper murió cuando todavía era un niño.

Las cuatro hermanas recibieron su educación en su propio hogar, siendo instruidas por su padre. También recibían visitas de ilustres amigos y vecinos, como Nathaniel Hawthorne, Henry David Thoreau, Theodore Parker, Margaret Fuller o Ralph Waldo Emerson.
La familia May Alcott vivió una infancia de carencias económicas. Para ayudar económicamente a su familia Louisa comenzó a trabajar desde joven en diversos oficios, como costurera, maestra o escritora para el Atlantic Monthly.
Louisa escribió relatos y poemas desde joven. En 1851 publicó su primer texto con el seudónimo de Flora Fairfield, un poema que vio la luz en la publicación Peterson’s Magazine.
Su primer libro publicado sería “Fábulas de Flores” (1854). Con el seudónimo de A. M. Barnard cultivó el relato gótico y las historias de misterio, en títulos como “Cacería de amor largo y fatal” o “El crimen y castigo de Pauline”.
Louisa nunca contrajo matrimonio. Se mostró, al igual que su madre y su padre, bastante activa a nivel social y político durante toda su vida, alineándose en contra de la esclavitud y apoyando con ahínco el voto de la mujer.
Cuando estalló la Guerra Civil en su país se ocupó como enfermera en el Union Hospital de Georgetown. Mientras estaba ejerciendo su labor sufrió fiebres tifoideas, que le trataron con calamina. Este tratamiento, que conllevó un envenenamiento de mercurio, le llevó a padecer numerosos males durante toda su vida.

Con su obra literaria más popular, la novela “Mujercitas” (1868), Louisa alcanzaría la fama y la fortuna. El libro, con elementos autobiográficos, fue continuado por títulos como “Hombrecitos” (1871) o “Los muchachos de Jo” (1886). Algunos de sus últimos trabajos literarios fueron “Work” (1873) o “Un moderno Mefistófeles” (1877).
Louisa May Alcott murió en la ciudad de Boston el 6 de marzo de 1888. Tenía 55 años. Un año después apareció su novela póstuma “Un susurro en la oscuridad” (1889).
Fuente: Viaje Literario

Es muy interesante pensar en las razones que hicieron que “Mujercitas” trascendiera los siglos y los cambios. Y me parece especialmente esclarecedor el análisis que hace Luisa Muraro en su artículo “Mujercitas” (publicado en “Luisa Muraro” de Clara Jourdan. Y que también puede leerse en italiano aquí):

“Esta novela es una obra maestra de la astucia femenina: durante ciento cincuenta años ha conseguido ser publicada, traducida y recomendada como una novela de formación para jovencitas de bueba familia, y tiene todos los ingredientes, efectivamente, pero, de paso, consigue anunciar el final del patriarcado. (…) Por usar etiquetas, para la obra maestra de Louisa May Alcott yo hablaría de novela de iniciación. La novela de formación muestra un itinerario para llegar a ser lo que la sociedad requiere o espera, mientras que la novela de iniciación relata los pasajes y pasos que te llevan a descubrir quién eres, y a llegar a ser la que puedes ser más profundamente. La iniciación tiene que ver con el nacimiento de la libertad, la que está asociada con el descubrimiento de sí, y es algo que, si no conoces esta libertad – no exterior sino íntima y personal- puede ser confundida con la moderación y el conformismo. Louisa May Alcott lo sabía, y yo creo y pienso que se aprovechó de ello para disfrazarse de escritora costumbrista y, así, hacer su juego (…)”

Recuerdo el olor de mi “Mujercitas” de la Colección Robin Hood. Para mí, ese era el olor de la casa de la familia March y el olor de sus vestidos y sus fantasías.
Recuerdo haber llorado cuando Jo se cortó el cabello y cuando muere Beth. Recuerdo frases completas de ese libro, que para mí, como dice Luisa Muraro, fue un libro de iniciación.

Y no puedo dejar de mencionar las dos versiones cinematográficas de “Mujercitas” que yo vi…
La de 1949, con June Allyson y Elizabeth Taylor

Y la de 1994, con Wynona Ryder y Susan Sarandon.

Tengo ganas de volverlo a leer, por millonésima vez…

LAS NIEBLAS DE AVALON

mayo 25th, 2006

Isaac Asimov dijo de este libro: «Es la mejor adaptación de la saga del rey Arturo que he leído nunca. Absolutamente convincente».

«Las nieblas de Avalon» de Marion Zimmer Bradley es la versión de la saga contada desde el punto de vista de las mujeres de aquella historia. Su poder, su magia, su relación, su sabiduría…

Está bien escrito, es interesante, tiene casi 900 páginas pero se leen casi sin darse cuenta.

Así comienza:

«HABLA MORGANA:
En mi vida me han llamado de muchas maneras: hermana, amante, sacerdotisa, hechicera, reina. Ahora, ciertamente soy hechicera, y acaso haya llegado el momento de que estas cosas se conozcan. Pero, a decir verdad, creo que serán los cristianos quienes digan la última palabra, pues el mundo de las hadas se aleja sin pausa del mundo en el que impera Cristo. No tengo nada contra Él, sino contra sus sacerdotes, que ven un demonio en la Gran Diosa y niegan que alguna vez tuviera poder en este mundo (…)»

En 2001 se hizo una miniserie protagonizada por Anjelica Huston en el personaje de Vivianne, la Dama del Lago y por Julianne Margulies como Morgana.
No está mal pero tampoco creo que sea la mejor adaptación posible…

Mejor, lean el libro.

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