No lo parece, pero estoy por aquí. A veces hay tiempos de silencio y de retiro. Pero siempre estoy pensando en mi cajón y poco a poco estoy volviendo…
Hoy les traigo algo con lo que me encontré casualmente esta mañana cuando iba a trabajar. Lástima que se termina mañana, porque es una verdadera maravilla…
No lo parece, pero estoy por aquí. A veces hay tiempos de silencio y de retiro. Pero siempre estoy pensando en mi cajón y poco a poco estoy volviendo…
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Hoy les traigo algo con lo que me encontré casualmente esta mañana cuando iba a trabajar. Lástima que se termina mañana, porque es una verdadera maravilla…
“Arpilleras, mujeres cosiendo historias”, es una exposición fruto del trabajo realizado por varios grupos de mujeres del Ateneu Sant Roc de Badalona y del barrio. Las arpilleras que se exhiben hasta mañana en el Palau Robert de Barcelona reflejan, con telas llenas de vida y color, las inquietudes de las mujeres por la familia, la salud, la formación, la vida social del barrio, las tradiciones y costumbres culturales. También la memoria de los procesos migratorios que han vivido o recuerdos de la guerra y la posguerra.
Cuatro grupos de mujeres han compartido este proyecto: «Vida Creciente», de la parroquia de Sant Roc, formado por mujeres de más de 65 años de edad que llegaron a Cataluña en los años 50 desde diversos lugares de España; «Grupo de Mujeres del Ateneu de Sant Roc «, que tienen más de 50 años y proceden de diferentes lugares; «Formación Global de Mujeres «, que tienen entre 16 y 50 años y la mayoría son catalanas de etnia gitana, y» Laia «, formado por mujeres de entre 20 y 40 años procedentes de Marruecos, Pakistán y otros lugares del mundo que hace poco que residen en el barrio.
Las arpilleras son textiles con aplicaciones. Su origen proviene de una antigua técnica artísitica y artesanal tradicional del pueblo de Isla Negra, en la costa de Chile. Las mujeres de este pequeño pueblo de la costa utilizaban como soporte para sus creaciones el material más barato y más fácil de conseguir, la arpillera. Finalmente el término acabó dando nombre a este tipo particular de tapiz.
Más adelante, para conseguir el efecto tridimensional, empezaron a sobreponer y coser todo tipo de elementos (retazos de ropa de colores, pequeñas muñecas, piedritas, botones, etc.)
Por medio de las arpilleras se representan escenas cotidianas de la vida de las autoras pero también de denuncia, reivindicación, propuesta…
Durante las primeras sesiones del taller las participantes, inspirándose en las arpilleristas chilenas, deciden el tema que representarán. Cada una realiza su propio diseño compartiendo tanto el proceso de creación como el resultado con el resto del grupo.
Me hizo acordar a una tradición norteamericana asociada al patchwork que se narra en la película “How to make an american quilt”, de la que hablé
aquí hace unos años.
En esta exposición se cuentan 56 historias que narran la vida cotidiana de este extraordinario grupo de mujeres, su inquietud por la familia, la salud, la formación y la cultura, la vida social del barrio, las tradiciones y costumbres pero también recuerdos de la guerra y la posguerra civil española, poniendo de manisfiesto que las desigualdades de clase social y de género siguen rigiendo la vida de muchas mujeres.