VEINTE MINUTOS CON GERALDINE

noviembre 17th, 2007

Prepárense un café o un chocolate caliente (está haciendo frío por acá). O un vaso de cerveza fría o de jugo de naranja. Prendan un cigarrillo, si fuman. En fin, regalense veinte minutos para disfrutar de esta charla con Geraldine Chaplin. Una mujer inteligente, sabia diría yo. Vital, poderosa.


Es una entrevista realizada por Pepa Fernández en su programa de Radio 1 «No es un día cualquiera» el día 14 de octubre de este año, a propósito del estreno de «El Orfanato», peli en la cual trabaja Geraldine.

Después me cuentan.

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HELEN BEATRIX POTTER

noviembre 13th, 2007

¿Quién no recuerda por lo menos haber visto este conejo alguna vez?


El conejo Pedro o Peter Rabbit nació de la imaginación y la mano de Helen Beatrix Potter.

Helen Beatrix Potter que pasó a la historia como la creadora de un universo maravilloso de animales antropomorfizados, fue también una protoecologista.

Nacida a mediados de 1866 y criada en una familia típicamente victoriana, de clase media alta, vivió en una enorme casa con un parque inmenso, rodeada de criados, institutrices, una madre dedicada a la vida social y un padre complaciente, abogado y amante de la fotografía, en Kensington, Inglaterra. Cuando tenía seis años, nació Bertram, su hermano, con quien compartió sus juegos. Juntos comenzaron a amar y estudiar la naturaleza, coleccionaban animales y plantas que luego observaban hasta el cansancio.

Cuando Bertram alcanza la edad para ser instruído en un colegio, cosa que no le correspondía a Beatrix, por ser mujer, ella queda en casa con una institutriz que la alienta a leer y le enseña música y arte. Seguramente en ese momento, gracias a esta influencia y a un talento y una inquietud propias, es cuando Beatrix deja de ser una persona más en este mundo y comienza a escribir la historia que la hará famosa.

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¿CASTAÑAS O CALABAZAS?

octubre 31st, 2007

Noche de brujas, noche de magia.
Color naranja.
Samhain, Halloween, castañada…
Tradiciones para honrar a los muertos en una noche que acerca los dos mundos.

¿Quieren saber por qué se utilizan las calabazas iluminadas? Aquí y aquí lo pueden averiguar.

¿Quieren saber por qué en Catalunya se celebra la noche comiendo castañas? Lo conté hace un tiempo, aquí . Ah! Además de las castañas también comemos por aquí los «panellets», (¡¡¡ mi amiga Maria los hace como nadie!!!)

De modo que, les deseo una feliz y deliciosa noche de brujas…

AROMAS

octubre 30th, 2007

Les dejo unos textos maravillosos para que huelan mientras leen…

«(…) Porque el aire llevaba un perfume a vainilla, y a canela, a tierra mojada, a café recién hecho, a polvo volando en un rayo de sol, que filtraba la contraventana, a castaña asada, a perro mimoso, a orines de bebé, a té de pétalos de rosa, a piel de los brazos en día de calor, a hoja de libro viejo; un aroma bien característico, que no se parecía a nada. Y tensó todos los músculos de su cuerpo Hélène, como gata resabiada que era, porque en ese mismo momento supo que alguien intentaba deshilarle la trama del destino e invertir el camino que ella había preparado cuidadosamente para sí, y, un poco menso resuelta que de costumbre, sensitiva, atenta a las partículas que permanecían suspendidas en el aire, se marchó andando a paso lento hacia su casa (…)»

«(…) Y la casa de Hélène, pequeña, sin ornatos, olía a limón y a tomillo, a menta, a pimienta verde, a mejorana, olía a agua de lluvia, a suspiro, a eucalipto, a sésamo, a tilo, a membrillo, a penas pasajeras que pueden ser consoladas, a llovizna, a música, a serpol, a rosal silvestre, a nostalgia, a luto por una niña en el recuerdo, a melisa, a hinojo, a eneldo, a risas que salen del vientre, a cuidados, a puchero de sustancia, a estragón, a acedera, a perejil, a libro viejo, a libro nuevo, a tinta, a fresa silvestre, a regaliz, a falso espino, a piel bien satisfecha. bien acariciada y bien lamida, a ortiga, a gatuña, a trébol, a tantas y tantas cosas olía que ya no se podían nombrar, a pimpinela, a llantén, que ni nombres tantos había, a prímula, a salvia, a capuchina, a hierbabuena, para explicar, a hierba luisa, a alguien que nunca hubiese entrado, a siempreviva, a carricera, cómo olía la casa de Hélène. Que desprendía una fragancia dulce que desertaba los sentidos, a acanto, a clavelina, y los elevaba hasta el grado máximo del placer, a canela, a milenrama, a comino, y una no podía dejar de sumergirse en el aroma, a saúco, a malva real, a hierba de San Guillermo, y quedaba prendida de cierto éxtasis, a coriandro, a trigo sarraceno, de una sensación salvaje, a hinojo, que se parecía mucho a la muerte…, a grosella, a arraclán, a endrino, pero una vez iniciado el acto, a pajarita, a levístico, el acto de oler, claro… ¿en qué estaría ella pensando?, a caléndula, a borraja, a artemisa, no se podía sino continuar, a arándano, a muérdago, a verbena, y sobre todo a frambuesa, hasta el fin… y buuuuuff!! ¡Qué bien quedaba el cuerpo después de entrar en ese aroma de la casa de Hélène!(…)»

(De Hierba mora de Teresa Moure)

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